Los datos económicos publicados durante los últimos días ofrecen una evolución positiva de la coyuntura, aunque con algunos elementos inquietantes y otros claramente negativos, que no van a cambiar inmediatamente.

Aún con datos todavía incompletos, la economía española puede acabar este trimestre creciendo a una tasa intertrimestral del 0,7%, apuntando a una tasa anual próxima al 3%. La actividad del sector manufacturero continúa robusta. El Índice de Producción Industrial seguía mostrando a principios del año niveles máximos, como los conseguidos en los últimos meses de 2016.

El mercado de trabajo sigue mostrando síntomas de continuidad. Durante los dos primeros meses, la creación de empleo, con datos de afiliaciones a la Seguridad Social, se ha acelerado. Esta evolución va a provocar que el Gobierno sea más optimista y que el cuadro macroeconómico actualizado que presentará este viernes, contemple una reducción de la tasa de paro, que se situaría por debajo del 17%, cuando el actual recoge una tasa del 17,6%. Igualmente, la previsión de crecimiento del empleo se incrementará hasta los 500.000, superior también al que aparece en el actual cuadro macro.

El consumo de cemento está creciendo a un ritmo del 21% anual, reflejo de la vuelta de un cierto dinamismo en el sector de la construcción residencial. De los servicios, destacar el persistente y elevado nivel de las pernoctaciones hoteleras, aunque se constata una reducción en las pernoctaciones de residentes y un aumento de los extranjeros. Lo primero refleja un cierto agotamiento del consumo interno, que se ve también corroborado por la reducción continuada de las ventas minoristas.

Ambas evoluciones ponen de manifiesto, nuevamente, la necesidad de que las exportaciones sigan creciendo a tasas positivas. Los analistas prevén que, durante este año, la aportación del sector exterior al crecimiento será del 0,4% del PIB y la balanza por cuenta corriente mostrará un signo positivo del 2%. Esas tasas son algo inferiores a las del año 2016, debido a la elevación de la factura energética. Sin embargo, las exportaciones siguen creciendo a ritmo superior que las importaciones no energéticas y refleja el extraordinario comportamiento del sector exterior durante estos años de recuperación. Sin esta evolución positiva del sector exterior, la economía española no podrá continuar con el elevado crecimiento, por agotamiento de la demanda interna. Además, nos está permitiendo reducir la elevada deuda externa.

Hay, sin embargo, elementos inquietantes. La Seguridad Social cerró con un déficit superior a los 18.000 millones. Las nuevas pensiones son un 30% más elevadas que las bajas que se producen. Esa incorporación de pensiones más elevadas, tiene todavía una influencia en el saldo de la seguridad social superior a la contención y los recortes que llevan implícitas las medidas ya tomadas. Los ingresos están creciendo a un ritmo del 2%, mientras que los gastos lo hacen a un ritmo superior al 5%.

De continuar esta dinámica, es muy posible que haya que revisar a la baja esas medidas, porque no estaba contemplado que el nuevo empleo generado aportase tan pocos recursos.