A este paso pronto veremos a un famoso presentar el telediario. Es de lo poco que les falta por hacer en televisión. Cada vez son más los programas que nacieron sin celebrities de por medio que deciden contar con ellas para ver cómo la audiencia sube. Parte de la culpa la tenemos nosotros, los espectadores, que somos cotillas por naturaleza y nos encanta ver a los rostros conocidos haciendo cosas cotidianas como convivir, cantar, bailar y ahora cocinar. Masterchef celebrity ha conseguido su objetivo de liderar la noche de los martes para dar a La 1 un empujón. Pero poner a los famosos en las cocinas del programa presentado por Eva González no es necesario. Masterchef nació como un formato de adultos que algunos más y otros menos tenían dotes para la cocina. Lo que había que hacer era pulirles y algunos se han convertido en chefs de sus propios restaurantes. La edición de adultos ha ido decayendo con el paso de las temporadas porque cada vez pesa más lo dramático de sus vidas que sus dotes culinarias. Decidieron hacer una edición de niños. Es sorprendente ver cómo los pequeños hacen las recetas incluso mejor que los adultos, pero como he expresado en más de una ocasión los concursos en televisión y más si son de larga duración no son para los niños, no es el lugar en el que deben estar.

Ahora es el turno de los famosos. El problema es que no son concursantes con una aspiración futura en las cocinas. Cuentan que su paso por el programa ha sido duro y no hay que ponerlo en duda pero desde luego el objetivo no es el de un Masterchef. Se divierten y aprenden, pero no reflejan la esencia del concurso. Al menos el casting está bien hecho, hay un poco de todo y algún descubrimiento que ha merecido la pena como el de Cayetena Guillén Cuervo. Ha cambiado su imagen de actriz fría y distante por la de una mujer cercana, implicada en lo que hace y que lucha por lo que se propone. Otros han sorprendido con su carácter como Fernando Tejero, un gran competidor, o Virginia Troconis, una mujer metódica y paciente. En su esencia se puede ver a Loles León y a Manuel Díaz El Cordobés. La primera no para de cantar, hablar, protestar… Tanto que a veces crispa los nervios. El segundo es un concursante tranquilo, buena gente, ayudando a sus compañeros siempre que puede. Miguel Ángel Muñoz es como un niño grande que apostaría que está próximo a ser expulsado. Fonsi Nieto, Niña Pastori y Estefania Luyk no han podido lucirse todo lo que hubieran querido.

A María del Monte hay que dejarla aparte. La presión le pudo y en vez de marcharse dignamente no se le ocurre otra que echarle la culpa al jurado. La cantante le dijo a Samantha, Jordi y Pepe que no hacía falta que estuvieran todo el día con caras largas pero la verdad es que no lo están. Son más blandos con los concursantes famosos que con los anónimos y hasta se ríen con ellos. Así demuestran que para ellos la edición Celebrity no tiene nada que ver con la habitual, que es más relajación y diversión que otra cosa. Al menos Eva, salvo por su forzado acento, sigue tan estupenda como en todos los programas que hace.

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