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DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Canal Sur sigue tirando por la borda su franja matinal. No han servido los despidos del anterior equipo para que ahora ocupe esa parcela un programa de la productora de los ex directivos de la casa, Happy Ending (vaya ironía de nombre). Clin, clin. Esta productora que cuenta sus contratos por fracasos sigue gozando de proyectos y presupuestos a mansalva. El jueves pasado no llegaron a interesar ni al 2% de la audiencia (si esto lo presentara usted, ah se siente, ya estaría despedido). Un fiasco sin paliativos, porque los andaluces no son tan botarates ni tan complacientes como creen algunos del gobierno de la Junta. La audiencia tiene hasta memoria, como se comprueba en la reincidente indiferencia hacia Toñi Moreno, la que se fue a TVE con el programa de mendicidad que hacía en Canal Sur. La televisión que pagamos entre todos se sigue haciendo para unos pocos, cada vez menos, para que ingresen en sus cuentas bancarias los de siempre. La fe en Toñi Moreno, con esas cifras ridículas, se tornan indignantes frente a tantos profesionales de esa casa arrinconados, olvidados, devaluados o, peor aún, censurados y maltratados.

El programa que no ve nadie y que nos cuesta una pasta se llama Gente maravillosa, pero por supuesto no hace honor a su adjetivo. Tampoco trata de lo que dicen. La intención de Toñi Moreno es "hablar de la felicidad", pero en realidad vende todo lo contrario: dramas, llantinas, enfermos, desaparecidos, fallecidos, arropados por unos coachs grabados (qué error, en un matinal en directo). Un programa para echarse a llorar en todos los aspectos. El que no lo crea que eche un vistazo y se dará cuenta de por qué hay programas que no ve nadie. Ayer se llevaban a la concursante más odiosa de Casados a primera vista.

Los andaluces, pese al paro, la negligencia o los recortes en los servicios públicos, son un pueblo feliz. Felices pese a todo. Por la tierra a la que pertenecemos, que no es esa que retrata el concurso de sevillanas de Susana Díaz, la de este No-do tan caro; ni la de los gases lacrimógenos de la productora predilecta.

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