Análisis

Jesús Alba

Feliz cumpleaños, Jesús; bienvenido, Arana

Navas cumple mañana 32 años y terminará su millonario contrato en el Sevilla con 35 y medio

El Sevilla de los éxitos siempre fue un Arana y no un Nolito; fue un Daniel Alves y un Adriano, un rebuscar continuo en el Sudamericano sub 20 esos puestos más hechos para jóvenes promesas, sin demasiada carga de responsabilidad pero donde lo que se paga es el descaro y la velocidad. Jugar por fuera exige, pero no exige tanto como donde se cuece de verdad el fútbol, donde hay que tener personalidad y donde se controlan o dominan los partidos.

Jesús Navas cumple mañana, 21 de noviembre, 32 años. Y uno, cuando piensa que el Sevilla le firmó cuatro temporadas, que cuando su contrato expire tendrá 35 y medio y que ni deportiva ni financieramente podrá la sociedad amortizar una inversión que se acerca o sobrepasa los 16 millones de euros, pues no tiene más remedio que recordar la reflexión que en este mismo rincón hacía el 19 de junio pasado, cuando se iniciaban las negociaciones con el entorno del grandísimo jugador internacional. "Una romántica inversión sin retorno", rezaba el título cuando aún la idea era firmarlo no más de tres campañas y que el Duende de Los Palacios se bajara el sueldo por su amor al club y su deseo de estar en su tierra. Así de fácil, ésos eran los argumentos. Ésos y que podía ocupar una ficha de canterano en Europa en un club que presume de tener una de las mejores canteras de España.

Pensar que con Jesús iba a venir un líder en el vestuario que, como Iborra o Coke, cogiera si hiciera falta a algún compañero por el cuello; que, como Joaquín en el Betis, protagonizara a voz en grito la arenga motivadora en una piña humana antes de los partidos... era conocer muy poco la personalidad del futbolista con el que negociaban. Y conocer también muy poco al sevillista.

Mañana, día en que cumple 32 años, Navas habrá sido titular sólo uno de los 5 últimos partidos del Sevilla (en Barcelona) y la afición, mientras, se bebe Youtubebuscando jugadas de Guilherme Arana.

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