El tren de la bruja

DE acuerdo, bruja rebajada, ya me has dicho que no eres filósofa, aunque de la realidad y del obrar de los hombres sabes no poco, pero te pregunto si tienes algo de psicóloga, una parte de la filosofía que se ocupa del alma, tenida esta no solo como un concepto o sustancia religiosa.

-Mira, juntapalabras, no vamos a acabar bien la Feria, con lo que dices quererme y esas maneras tuyas de señalar disimuladamente lo que me conturba. ¿Qué demonios -Satanás me disculpe- es eso de bruja rebajada?

-A ver, bruja de mis arrebatos, ¿no sabes que los que pelean se desean?

-Refranero me sales, plumilla, y dos no pelean, ni se desean, si uno no quiere.

-Pues venga, confiésame ya si eres algo psicóloga que confiarme quiero a tus cuidados.

-Si lo dijeras mejor, no me ofuscaría eso que dices de rebajada, pero bruja soy aunque mi ejercicio hechicero no conozca la gloria de los días luciferinos, cuando repartía embrujamientos con un frenesí de aúpa.

-Te escabulles y voy al grano, bruja esquiva, ¿ayuda la Feria a los tímidos para curar la cortedad del ánimo?

-Ah, tunante, que prefieres una bruja psicóloga y no haces ascos al tratamiento de un hechizo, porque tímido te declaras como si yo no lo supiera desde hace mucho.

-Bruja o psicóloga mejor que psiquiatra, aunque estos especialistas en el descalabro de la mente señalan que la Feria puede resultar tanto terapéutica como malsana.

-Explícate, encogido, que ayer eché horas de más en el tren y todavía no tengo el tino despierto.

-Parece un principio, pero siempre entendido con prudencia, que las fobias, o los quebrantos del ánimo, mejor se tratan en el exponer que con el evitar.

-Ya lo cojo, quieres decir que a los depresivos o a los solitarios puede serles de ayuda, y por eso es terapéutico, darse una vuelta por el real para que el ambiente les alegre las pajarillas.

-Eso digo, pero con un riesgo grande, el de agravar su estado cuando la alegría, la convivencia, la amistad solo se miran pero no se tocan, porque entonces a la vuelta de ese paseo habrá que duplicar la dosis de antidepresivos.

-¿Pero tú eres tímido, te pellizca la depresión o estás preso de la soledad?

-Eso tendrías que saberlo tú, que quien tuvo retuvo y no dejas de afirmarte como bruja sin que a mí me quepa el remedio de un hechizo balsámico.

-Ea, pues vente conmigo y no dejes atrás el cuaderno de tus muchas notas, que vamos a recorrer las calles de postín para observar las caras de los que pasan y miran desde fuera las casetas donde no pueden entrar.

-Pero eso no es de psicóloga, mi bruja, que me tienes confundido, sino de socióloga.

-Tú mira y apunta, que esta noche tenemos que preparar un hechizo mayúsculo.

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