La revista especializada Engineering News Record publica anualmente un ranking de las empresas de ingeniería más internacionalizadas. Por sexto año consecutivo, la española ACS lidera el ranking mundial. Además, su filial alemana Hochtief ocupa el segundo lugar y la filial australiana Cimic, del mismo grupo, la posición diecisiete.

Otras compañías como Ferrovial, FCC, Acciona o Técnicas Reunidas ocupan lugares muy destacados en el ranking. Las empresas españolas de ingeniería son las más internacionalizadas del mundo.

Resulta paradójico que ninguna universidad española aparezca entre las doscientas más prestigiosas, de acuerdo con el ranking de Shanghai y otros que se publican regularmente. Ni siquiera los rankings más especializados de ingenierías recogen a las universidades politécnicas entre los puestos más elevados, con la excepción de la escuela de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, que aparece en quinto lugar a nivel mundial.

La razón fundamental de esta discordancia entre la extraordinaria competitividad de las empresas de ingeniería y los mediocres lugares en las que aparecen las escuelas de ingenierías en los rankings obedece a que estos conceden un elevado peso a la investigación que se lleva a cabo; investigación que tiene que reflejarse en artículos académicos publicados en revistas especializadas y en patentes.

Sin embargo, las escuelas de ingeniería en España están mucho más orientadas a la enseñanza y a la prestación de servicios a través de trabajos de consultoría a empresas. Esos servicios no son patentables ni en la mayoría de los casos son aprovechables para realizar publicaciones académicas. Los ránkings no valoran esta orientación.

El éxito de las empresas de ingeniería españolas no hay buscarlo, pues, en la orientación investigadora pura de las escuelas, sino en la imbricación que tienen con empresas del sector real de la economía y en la tradición de exigencia hacia los profesores y alumnos. Hay ingenieros andaluces y de otras partes de España trabajando en el MIT y en el Instituto Tecnológico de California, la universidad que más premios Nobel de Física ha conseguido y que diseña y desarrolla para la Nasa los viajes espaciales a otros planetas, entre otras sofisticadas actividades.

Frente a la tradición británica, la primera escuela de ingeniería española -fundada en 1802, aunque con antecedentes desde finales del S.XVIII- siguió el elitista modelo francés, gracias a la iniciativa del canario Agustín de Betancourt y del malagueño Juan López de Peñalver, que se formaron en la escuela de Caminos de París, bajo la tutela de Laplace, el gran matemático y físico francés. La vuelta de ambos a Madrid permitió la creación de la primera escuela española, que posteriormente fue extendiéndose a otros ámbitos de la ingeniería: eléctrica, mecánica, etc.

La internacionalización de las empresas españolas de ingeniería son un modelo a seguir para empresas de otros sectores y un buen ejemplo de los grandes beneficios que depara contar con profesionales altamente formados.

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