Tengo delante la lista de las 1.000 empresas europeas con mayor crecimiento en ingresos entre 2013 y 2016, que elabora el Financial Times. Tienen al menos 1,5 millones de ingresos, son independientes, y su crecimiento es orgánico o interno; y si es una compañía cotizada, su precio en Bolsa no ha caído más de un 25 % en el último año. Más de 200 son alemanas, entre 150 y 199 francesas e inglesas, y entre 100 y 149 españolas e italianas; también se ofrece agrupación por sectores, que en orden de importancia son: tecnológicas, apoyo de servicios (por ejemplo, jurídicos), construcción, venta minorista, comercio on line, publicidad, transporte, bienes industriales, alimentación y bebidas, y servicios financieros.

Como no puedo descargarme la base de datos, miro sólo las 100 primeras -habrá que buscar a alguna alumna que haga un trabajo fin de grado con las 1.000- y encuentro que 16 son españolas, y tres andaluzas: Gestaweb 2020, comercio on line, en Córdoba; SNTI Nutritional Suplements, alimentación y bebidas, en Granada; y Unieléctrica, energía, en Córdoba. En cuanto a las demás españolas están repartidas entre Barcelona, Madrid, Alicante, Santiago, Coruña, y Tenerife. Algunas ideas surgen de esta lista de empresas europeas. Primero, hay una concentración en Londres y París, aprovechando un ecosistema empresarial, acceso a la financiación, e instituciones académicas técnicas de primer nivel. Para Francia se cita también el optimismo del presidente Macrón, que influye en la atracción de inversiones. En Alemania hay empresas dinámicas por todo el país, con una multitud de ingenieros que aplican innovaciones a industrias ya existentes.

La segunda idea es que estas empresas apenas tienen personal -excepto en Alemania donde hay empresas relativamente grandes que crecen mucho-, lo que indica que el dinamismo empresarial no se corresponde necesariamente con el del empleo. Hay mucho de lo que se llama economía gig, subcontrata, autónomos, que permite en algunos sectores crecer con relativamente pocas personas. En tercer lugar, la financiación la buscan y consiguen potentes instituciones privadas y públicas, y van desde pequeñas plataformas de financiación -reguladas en España pero que no funcionan-, al fondo monstruosoVision Fund-de 100.000 millones de dólares-, que ha levantado el japonés Masayoshi con SoftBank, y que no sabe qué hacer con tanto dinero. Habrá que ver cómo se entra en ese mundo, porque todo lo que viene aquí es para el turismo y el inmobiliario. Una doble reflexión final. De las 16 empresas españolas que hay en mi pequeña muestra 5 están en Barcelona, y pienso lo bien que le ha ido en España a esta ciudad vibrante y llena de energía, pues cuatro son empresas de viaje y ocio, anuncios y marketing, que operan principalmente en el mercado español, al igual que una fintech, con la banca española. Y el magnífico futuro que tiene en un contexto de relaciones normales con el resto de España. Por otra parte, para Andalucía esta información es valiosísima, pues vemos a nuestras empresas que crecen, en relación con otras empresas de nuestro entorno español y europeo, y sus circunstancias.

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