Se considera como muy normal que algunos ministros acudan a Sevilla en Feria. También es habitual que vengan en Semana Santa. La Feria es laica y la Semana Santa religiosa. Por lo que siempre habrá alguien de Izquierda Unida o Podemos protestando, porque se mezclan las funciones principales y demás, como si en la Feria no mezclaran todos. Estos días, puestos a mezclar, el miércoles de Feria, que es fiesta local, han organizado en Madrid una reunión entre Mariano Rajoy y Susana Díaz para hablar de la financiación de Andalucía. Y sin manzanilla, por supuesto.

En Semana Santa, no se reservó nadie. Los laicos y ateos de los partidos estaban indignados. A Sevilla vino Juan Ignacio Zoido, ahora como ministro del Interior. Es normal, porque ha sido alcalde, y ha visitado templos, y es cofrade de San Isidoro, y todo eso que se sabe. También es normal que le acompañe Rafael Catalá, el ministro de Justicia, que estuvo viendo a los Negritos el Jueves Santo, aunque los otros se pongan negros. Y, para que no falte un detalle, el colofón con la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en los toros del Domingo de Resurrección.

Eso no significa que los ministros y ministras del PP sólo se acuerden de Sevilla en Semana Santa y Feria, siguiendo las más rancias tradiciones. Cuando gobernaba el PSOE también venían algunos. Nadie sabe cuándo se puede caer del caballo, ni en Damasco, ni en Triana, ni en San Martín.

Este año a los ministros les dio por Andalucía. Se habló de desembarco de ministros en Málaga, cuando estuvieron cuatro (Cospedal, Zoido, Catalá y Méndez de Vigo) junto a la Legión en el traslado del Cristo de la Buena Muerte. Algunos coincidieron un día antes con Susana Díaz. ¿Y qué pasó con Alfonso Dastis, el ministro de Exteriores? El Miércoles Santo estuvo en Cádiz y Jerez, incluso llamando pasos. Y ya se quedó allí todo el fin de semana sacro, pasando también por San Fernando y Arcos. Como si hicieran un máster de Semanas Santas variadas en cuatro días.

Por ello, no habrá sido casualidad que el encuentro de Mariano Rajoy y Susana Díaz se monte un miércoles de Feria, ni que ella se vaya desde el AVE a las casetas. El servicio al país es duro, pero los políticos también tienen su corazoncito, y les gusta divertirse, no sólo estudiar, y siempre viene bien aprender, porque así la gente entiende que no viven en una urna de cristal, y que son humanos como nosotros.

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