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DERBI Joaquín lo apuesta todo al verde en el derbi

Niños y televisión. Qué dos palabras tan difíciles de unir. Es muy complicado acertar si se pretende que vayan de la mano. Cuando participan en concursos muchos se lo toman demasiado en serio y se pierde esa inocencia y magia que caracteriza a los pequeños de la casa. Cuando son series o programas dirigidos a ellos en más de una ocasión se sobrepasa la delicada línea que separa lo correcto de lo incorrecto para la edad de los pequeños. Cuando las cadenas programan películas o nuevos formatos para ver en familia el horario no corresponde al de los niños, empiezan demasiado tarde y hay que grabarlos o ver las repeticiones que las cadenas emiten los fines de semana. En los últimos tiempos TVE ha hecho más de un intento por aunar programas familiares en los que tienen cabida los pequeños y en un horario apto para ellos. Pero siempre hay algo que falla. Ya lo vimos con Poder canijo, el programa que presentó Juan y Medio y que probó suerte en la tarde de los domingos. Pese a su lado educativo no consiguió los datos de audiencia esperados y desapareció de la programación.

El último intento de La 1 por acercarse al público infantil se puede ver la noche de los sábados con Jugando con las estrellas y El árbol de los deseos. Los programas de Jaime Cantizano y Edu Soto tienen la intención de reunir a la familia frente al televisor. Los sábados por la noche la oferta televisiva es la siguiente: La Sexta Noche en La Sexta (para amantes de la política y la actualidad), Sábado Deluxe en Telecinco (para los fieles de Jorge Javier Vázquez y compañía), películas en Antena 3 (para quienes prefieren la acción o los dramas que las criaturas no entienden), First Dates en Cuatro (no apto para niños) y Yo soy del sur en Canal Sur (para los fans de María del Monte). La decisión de TVE de elegir la noche de los sábados para acaparar al público infantil es un acierto. A eso de las doce y media de la noche ambos programas ya han llegado a su fin. Su duración es de aproximadamente una hora, un tiempo razonable para no aburrir a los espectadores. Los presentadores, sobre todo Jaime Cantizano, también son un punto a favor para la buena imagen de estos programas. Jaime es el yerno que toda suegra quisiera tener. Mientras los niños disfrutan de las pruebas en las que participan los famosos y sus hijos, los mayores disfrutan viendo a Jaime. Y desde el punto de vista de los mayores el punto de cotilleo de ver a los hijos de los famosos contar cosas sobre ellos también gusta. A El árbol de los deseos le rodea la polémica por la elección de colegios privados para llevar a cabo sus programas, pero los niños no llegan hasta ahí y está bien que un programa les enseñe a pedir deseos para sus seres queridos. El problema es que los datos de audiencia no acompañan. Luego no vale quejarse del éxito de otros programas y de que no haya oferta para los niños si cuando hay varias opciones al final se sigue optando por la más criticada.

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