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Renovación tecnológica

La colaboración de la Fundación Amancio Ortega no sustituye a la responsabilidad

Los sistemas sanitarios modernos están sometidos a la obligación de estar atentos a las necesidades de renovación tecnológica para asegurar su incorporación a la cartera de servicios permite estar en la vanguardia científica.

Las ciencias médicas se caracterizan por el avance continuo que permite que, de manera imparable, cada vez se puedan conseguir mejores resultados en la lucha frente a las enfermedades y sus consecuencias. Bien es cierto que en muchas ocasiones se valora en exceso la aportación que las tecnologías hacen para mejorar la salud de las personas. Pero eso no es óbice para reconocer que los avances en sanidad tienen su base en la continua evolución de la tecnología junto a la adecuada combinación de las medidas preventivas y de salud pública.

La incorporación de las nuevas tecnologías en salud requiere un esfuerzo de rigor por parte de las autoridades en la toma de decisiones para asegurar que la misma se hace con garantías para los pacientes y con criterios de coste-efectividad, para asegurar la mayor eficiencia social.

Y es que uno de los elementos que condicionan las decisiones en esta materia es el precio que tienen las nuevas tecnologías. Precio que en ocasiones supone un coste importante, lo que nos debe llevar a una reflexión profunda sobre los procedimientos utilizados que en cualquier caso, deben basarse en criterios conocidos y del máximo rigor científico y técnico.

En este contexto y dado que los años de crisis económica y de recortes han condicionado un retraso en la renovación tecnológica que necesariamente hay que ir acometiendo, llama la atención la colaboración que ha realizado la Fundación Amancio Ortega con el sistema sanitario.

Hace unas semanas conocimos que el fundador y máximo accionista del grupo Inditex (Zara), ha donado 320 millones de euros para la adquisición de más de 290 equipos oncológicos de última generación que se instalarán en hospitales de todas las Comunidades Autónomas.

Esta es una vía de colaboración público/privada que tiene un gran interés puesto que se hace sobre la base de colaborar sin ánimo de lucro y se apoya la renovación tecnológica sobre la base de que son las autoridades sanitarias quienes deciden la ubicación de los equipos oncólogicos para dar respuesta equitativa a los pacientes.

Esta colaboración no sustituye sino que complementa la responsabilidad pública para asegurar la renovación tecnológica que siempre debe estar ubicada en las autoridades sanitarias. Lo que es cierto es que, en mi opinión, se abre una vía de cooperación que puede ofrecer mejores posibilidades cara a que el futuro ofrezca más avances que beneficien al conjunto de los pacientes.

Iniciativas como esta merecen nuestra gratitud.

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