Análisis

Antonio Sempere

Voracidad

Las plataformas han subido las cuotas justificando la mejora de sus servicios

P·ero qué voraces son las compañías de telefonía, que además de llevar a nuestras casas los servicios de internet nos brindan, gracias a la fibra óptica, los paquetes de televisión más tentadores. En un principio agradecimos como un maná que las nuevas tecnologías llegaran a nuestra esquina, a nuestra calle, a nuestro bloque. Pudimos conquistar los territorios de la Alta Definición. Grabar nuestros programas preferidos olvidándonos de los reproductores. Contar con la posibilidad de recuperar cualquiera de los espacios emitidos durante los últimos siete días. O algo tan aparentemente sencillo como llegar a casa cuando está terminando un programa, darle a una tecla del mando, y verlo desde su inicio sin perder un ápice de calidad y definición.

De entrada todo esto estuvo muy bien. Pero como decía al inicio, las plataformas son tremendamente voraces. Quieren que paguemos más. Y entre febrero y marzo, sin que se lo hayamos pedido, han empezado a cobrarnos una cuota más alta, justificada según las empresas por la mejora en la prestación de los servicios. Esto es lo que, por lo visto, hace legal la operación. Pero es un abuso.

Cuando hace un par de años contraté mi paquete, me cobraban 65 euros mensuales, que ahora ya son casi 80. ¿Quién no me dice a mí que en cuestión de cinco años esa cifra no se redondeará a los 100 euros? Sin haberlo pedido y sólo por seguir gozando del mismo servicio ¡Como si las empresas no generaran millonadas de beneficio en la cuenta de resultados! No se conforman. Quieren más. Y yo en todo lo demás me recorto, me privo, no entro en el juego. Pero con la televisión hemos topado. Es sagrada. No me queda otra que pasar por el aro. Con toda mi rabia y mi impotencia.

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