DIRECTO Jueves Santo en Sevilla, en directo | Semana Santa 2024

El tiempo El tiempo en Sevilla para el Jueves Santo y la Madrugada

Análisis

gumersindo ruiz

¿Ha sido la civilización una buena idea?

Las reacciones al libro de James Scott Contra el grano: una historia en profundidad de los primeros estados, sólo podían ser escépticas ante la alternativa de que la humanidad hubiera permanecido en un estado de salvajismo libre e igualitario, que corresponde a una sociedad de cazadores. Sin embargo, la idea del libro de Scott, como de otros anteriores -El arte de no ser gobernados, o La economía moral del campesino-, señala a un dilema al que los humanos no podemos sustraernos, y es el coste de entregar la libertad individual a un orden político, a cambio del bienestar y seguridad que proporciona la vida en común civilizada.

Hay tres ángulos, al menos, desde los que podemos ver este asunto apasionante. El primero, la tecnología y el desarrollo de la civilización. James Scott recuerda que tan importante como los grandes descubrimientos científicos han sido las aplicaciones prácticas -"el jabón ha salvado casi tantas vidas como la penicilina"-, y entre ellas destaca el fuego. Con el fuego, nuestros ancestros mantenían espacios de seguridad y ahuyentaban a los animales, los cocinaban y conseguían con esta alimentación progresar como especie sobre las demás; el fuego supuso la diferencia entre ser comido y comer.

El segundo ángulo es el del cambio de una economía de caza al asentamiento, la agricultura, y la ganadería; y con ello la organización social, el poder, la opresión, la guerra y la esclavitud y, posteriormente, el salario. La vida social ha evolucionado hacia los sistemas políticos actuales, que en general tratan de poner límites a los intentos de poder despótico, que siempre acechan. Pero la figura idílica de los cazadores africanos -casi fósiles vivientes- son un vestigio de una sociedad igualitaria en que los cazadores eran libres, y disponían de tiempo para crear en las cuevas un arte que hoy nos admira y conmueve.

La tercera perspectiva de por qué una idea romántica contra el Estado tiene tanto eco hoy día es, sin duda alguna, que nuestra organización social y política falla en cumplir las expectativas de bienestar, medido por la distribución de la renta y la riqueza, que han seguido un camino de concentración, revirtiendo a niveles de hace 90 años.

Puede afirmarse que el motivo principal del surgimiento de los populismos de derecha e izquierda es este fenómeno de la desigualdad, y la desaparición en los últimos 40 años de los buenos trabajos para la clase media. En esta situación -que hace que prestemos atención a algo tan peregrino como el sentido de nuestra civilización- no se está defendiendo menos o más Estado, más liberalismo o más socialismo, sino el propio sentido de lo que se paga por la civilización y el orden político en términos de libertades individuales y de frustración del proyecto vital para muchos. Sin salirnos del tema, pero dándole media vuelta más de tuerca, sorprende la ingenuidad de los proyectos de autonomía y autodeterminación entre nosotros, ya que están sustituyendo la liberación de estar sujetos a un sistema político que se rechaza por otro populista cuya lógica situacional objetiva no garantiza ni más libertades individuales, ni más igualdad entre las personas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios