Según criterios políticos para el PSOE de Susana Díaz, con los asesores tocando palmas, y para los sindicatos, la huelga femenina del jueves se habrá saldado con gran éxito en Canal Sur entre apagones y esos intérpretes de signos esperando el autobús. Qué triste y qué pena. En este 8 de marzo no se sufría una situación tan grave como para tomar medidas de protesta tan extremas. Qué exceso. Cuando se toman decisiones de postureo político suceden cosas así, que sólo vienen a agravar el desprestigio de Canal Sur.

Cuando se utiliza el criterio profesional la audiencia responde, como el pasado fin de semana con la cobertura especial de los temporales. Una información necesaria que se traduce con público ante la cadena de proximidad. La presidenta, los directivos y los sindicalistas estarán muy felices con el apagón y omisión del compromiso de Canal Sur, tras haber escamoteado tantas horas en una jornada de interés. Allá ellos con sus criterios. En el siglo XXI hay otras formas de visibilizar las más justas reclamaciones.

En La Sexta, referente para la actualidad en directo,estuvieron informando durante toda la jornada y mostraron cuánto echaban de menos a las redactoras con los presentadores en los noticiarios; los de Zapeando sin sus compañeras; Iñaki López en Más vale tarde añorando a la regidora para organizar el plató; o Wyoming y Dani Mateo, despeinados, sin rotulación y leyendo los folios en la mesa. Hay formas más efectivas para reclamar y estar en su sitio sin darle la espalda al público, al que se le debe atender y porque sobre todo paga (paga para que haya una cadena de calidad y que esté a la altura, con inteligencia, profesionalidad y criterio, de los acontecimientos).

En La 1, por ejemplo, Javier Cárdenas, prefería hablar de Paco Martínez Soria, ole, y llevar al Hombre de Negro, que sufrió la peor realización de su vida. Otro ejemplo de cómo no estar en sitio. Una pregunta: si los andaluces tuvieran que señalar una cadena progresista, implicada, con interés ¿cuál sería? Una pública seguro que no.