El Gobierno ha preparado exhaustivamente el debate parlamentario de hoy sobre las pensiones, que llama "debate de la responsabilidad" porque considera irresponsables las propuestas que se han escuchado los últimos días por parte de los principales partidos de la oposición, ya que, afirman, quebrarían el sistema y la caja de la Seguridad Social.

Afirman también los populares que tanto el PSOE como Podemos y Ciudadanos cuentan con economistas que saben hacer las cuentas, y por tanto saben que son inviables. Electoralismo puro y duro, dicen, con la vista puesta en las autonómicas y municipales de dentro de un año y en las legislativas que se celebrarán meses después. Y, siguen diciendo en el Gobierno, ni PSOE ni Ciudadanos ponen límite a sus propuestas de imposible cumplimiento. Sobre todo Ciudadanos, concretan, que en su euforia por el resultado catalán, que creen trasladable al resto de España, y alentados por sondeos que incrementan esa euforia, insisten en su estrategia política habitual: prometer aquello que la gente ansía escuchar de boca de sus dirigentes políticos.

No es difícil adivinar que Rajoy acude al debate con ganas. Pondrá toda la carne en el asador para marcar diferencias con sus antecesores, sobre todo con un Zapatero que congeló las pensiones aunque su partido ahora exija un incremento inasumible.

Hoy habrá espectáculo político de peso en el Congreso. Explica un veterano diputado del PP que se verá la didáctica frente a la demagogia, el realismo frente al electoralismo, las propuestas de subida enfrentadas a su coste en miles de millones de euros.

Conociendo el percal y muchos debates previos, puede ocurrir que la oposición salga mal parada por su cerco implacable a un Rajoy que creen debilitado tras el fiasco electoral catalán. El presidente, en cuestión de números, se defiende como nadie. Más que por sus logros, por los errores de los adversarios.

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