Desde antes del veranillo de San Miguel (que este año puede prolongarse hasta noviembre), a la gente se le había ocurrido decir que Sevilla está más sucia. Ayer el alcalde Espadas admitió que han existido problemas "puntuales" en algunos barrios, y anunció cambios para mejorar el servicio. Los empleados de Lipasam admiten que es normal que Sevilla esté más sucia, teniendo en cuenta que han sufrido 180 bajas en los últimos años, como si los estuvieran exterminando.

Los de la oposición municipal del PP habían vuelto de las vacaciones más limpios que nunca. Beltrán Pérez se puso ante los micrófonos, en plan vocalista de Los Sirex, para pedir más escobas por los barrios de Sevilla. Incluso se ofreció a sufragar y organizar una macrocampaña de sensibilización de los sevillanos. Siguiendo la tendencia de la campaña pepera Que no te cuenten un cuento, dedicada al impuesto de Sucesiones, ésta se podría denominar Si yo tuviera una escoba. Todos los concejales deberían participar en una barrida general.

Al concejal responsable de la suciedad, digo de la limpieza, que es Antonio Muñoz, le parecieron estas críticas injustas, infundadas, impías quizás. Dice que Lipasam limpia como siempre. Al menos, el alcalde ha reconocido los problemillas puntuales, que han bajado la puntuación.

Como suele ocurrir, unos culpan a Zoido, que ya no es el alcalde desde 2015, y los otros a Espadas, o incluso a Monteseirín. Entre todos se pelean, y la ciudad sin barrer. O mal barrida. Se ha publicado en este Diario que Salvador Muñiz, representante de la asociación de vecinos de Tres Barrios-Amate, en una reunión, dijo lo siguiente: "Estamos peor que en los últimos 25 años". Y eso nos lleva a los tiempos en que era alcalde Alejandro Rojas-Marcos. Al parecer, no han visto por allí una manguera en el último año.

Yo, como capillita que soy, siempre he admirado y elogiado el servicio de limpieza municipalizada, porque veo lo que quitan de las calles en Semana Santa, y eso no tiene precio con que pagar las horas extras. En la Feria parece que hay un campeonato para batir el récord anual de basura. Es la mentalidad. Pero la basura no llega a la calle por casualidad, ni se genera espontáneamente. Detrás está la mano del hombre (y de la mujer). Hay que recordarlo.

El PP sabe que ha encontrado un filón. Igual que con las ratas. A la hora de barrer, la escoba nunca está de más, ni de menos.