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DERBI Joaquín lo apuesta todo al verde en el derbi

Triste fin para una mujer que ha demostrado tener una buena cabeza política, que ha luchado ferozmente contra la corrupción y que ha gestionado eficazmente un Gobierno regional negociando con la oposición y, lo más difícil, con el partido con el que pactó para ser investida.

Cifuentes pertenecía al puñado de dirigentes que iban a ser protagonistas del futuro del PP: representaba honradez y fortaleza ante la adversidad, era un inteligente verso suelto de una formación que admite con naturalidad los versos sueltos, pero su carrera, brillante, se ha truncado por un máster de escasa entidad que consiguió con trato de favor y por unas cremas robadas de un hipermercado. Robo que ella niega, pero el vídeo en el que saca las cremas de su bolso y paga los 40 euros es demoledor.

Triste fin para Cifuentes y, con toda seguridad, la tristeza se superpone en su partido al alivio y a la preocupación. Tristeza porque es querida y además porque el episodio de las cremas, sumado al del máster, le impide salir por la puerta grande; alivio porque su adiós permite al PP seguir gobernando en Madrid, y preocupación porque en el grupo parlamentario no hay una sola cabeza que provoque entusiasmo para sustituirla. Los efectos colaterales son muy serios, y afecta incluso a la secretaria general del PP, pues el apoyo incuestionable de Cospedal la coloca en una situación delicada, ya que su respaldo le dio oxígeno y no se dejó llevar por lo que le aconsejaban quienes la quieren bien: renunciar al máster al comprobar que se habían producido irregularidades y pedir perdón a los afectados por la situación. Exactamente lo que escribió en la carta de cuatro folios que hizo pública hace una semana, perfecta en todos sus términos... pero tardía.

Una actitud diferente a la que mantuvo le habría permitido encontrar un nuevo hueco en el PP y, quizá, impedido que alguien filtrara el vídeo. Ahora, su futuro político se ha teñido de gris tirando a negro. En política, los errores se pagan de forma irreversible.

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