Comienza una nueva temporada en televisión y con ella llegan estrenos y cambios. Una de las primeras novedades la vemos en Cámbiame, programa que desde hoy presenta Carlota Corredera (foto). Hace unas semanas anunciaron que Marta Torné dejaba el formato para que Carlota se pusiera al frente. Primero no dieron ningún motivo, algo que hizo sospechar que se habían ventilado de un plumazo a una de las presentadoras con más clase de la cadena. Después tanto Mediaset como Torné dijeron que era porque quería retomar otras facetas de su profesión. Puede que sea verdad, pero al ver Cámbiame el pasado jueves, permítanme que lo dude. Al finalizar la emisión Marta dijo "hasta el lunes". ¿Cómo que hasta el lunes si ese día ya no iba a estar al frente del formato? Quizá ella no quiso despedirse de sus fieles, pero de nuevo este hecho hace que la sospecha sobre cómo ha sido su salida del programa aumente.

La televisión, como tantos otros trabajos, es tan injusta que sin dar explicaciones ni a espectadores ni al propio afectado o dando explicaciones superficiales para salir del paso, mueve a sus presentadores como si de fichas de ajedrez se tratase. Ya ocurrió en Viajando con Chester. La salida de Risto Mejide fue una de las más polémicas. La cadena alegó que por desacuerdos económicos su "colaborador" se iba. Cuánto gusta la palabra colaborador. También sucedió con la decisión de quitar a Luján Argüelles de Granjero busca esposa y darle el programa a Carlos Lozano sorprendiendo a la propia Luján. ¿No hubiera sido mejor darle a Carlos un nuevo formato y mantener a Luján en uno de sus mejores registros? El caso de Jesús Cintora también fue sonado. Su despido de Las mañanas de Cuatro fue según Mediaset por su falta de objetividad. Lo mismo que ocurrió con Ana Pastor cuando trabajaba en TVE. El ejemplo más claro de todos es el de Mercedes Milá en Gran Hermano. Mediaset arriesgó uno de sus mejores programas en lugar de hacer lo que fuera por mantener a su pilar fundamental al frente. Y sufrió grandes consecuencias. Una pena que este mundo funcione únicamente por intereses empresariales y económicos que van dejando por el camino a los buenos de verdad. Pero hay que asumirlo. Lo que no se puede asumir es cuando las decisiones se toman de forma injusta, precipitada y se comunican a las personas como si se tratase de esas fichas de ajedrez. Habrá que quedarse con que muchos de los casos de los despidos injustos en televisión demuestran que los buenos siempre encuentran oportunidades. Luján vuelve a Cuatro con un nuevo dating show. Mercedes pudo hacer Convénzeme, un programa a su gusto. Risto regresa a Mediaset porque el grupo se ha dado cuenta de su valía. Por eso siempre hay que mirar hacia delante, pensar que todo pasa por algo y que los buenos encuentran su lugar. Seguro que en poco tiempo Torné pensará que Cámbiame fue una gran etapa en su carrera pero que los cambios obligados al final son para mejor.

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