Me refiero a que Sevilla no tiene en vigor un plan para el acceso y circulación de vehículos en el centro histórico. Y debería tenerlo. Cuanto antes mejor. Porque sobre el papel ha tenido más de uno. En varios planes generales de ordenación. En varias corporaciones municipales. Tú pones, yo quito. Tú quitas, yo pongo. Pon unas cámaras, cierra la muralla. Quita las cámaras, abre la muralla. Y así años y años. Pon unas vallas por Navidad y Semana Santa, cierra la muralla. No sé si se han dado cuenta, supongo que sí, que para entrar y salir del centro histórico en vehículo hay que hacerlo por las mismas calles donde estaban las puertas de la muralla o cerca que rodeaba Sevilla. Por la Puerta de la Carne, de Carmona, de la Macarena, Real, del Arenal, etcétera.

Y escribo de este tema hoy porque en los últimos días se han producido dos informaciones relevantes, en mi opinión, que afectan a la cuestión del tráfico en el centro. La primera, que muchos sevillanos opinan que hay que limitar el acceso de vehículos al centro, según un estudio publicado recientemente. Y la segunda, el acuerdo para construir la línea 3 del Metro desde Pino Montano hasta el Prado. Como parche es bueno, si se va a construir pronto. Porque ese tramo refuerza el papel del Prado como nudo de comunicaciones de los transportes públicos de la ciudad, ya que conecta con la línea 1 del Metro, y un gran número de líneas de autobuses urbanos, metropolitanos y de largo recorrido. Y con el tranvía, aunque a algunos sevillanos les parezca un sinsentido. Y porque ayudará mucho a ir al centro sin vehículo. Si observan las paradas de dicho tramo (Macarena, Ronda de Capuchinos, María Auxiliadora, Puerta de Carmona, Jardines de Murillo), crean una nueva dinámica en los accesos a pie al centro. Todas ellas dejan a los pasajeros a quince minutos de la Encarnación. Y la parada de María Auxiliadora a quince minutos de la estación de Santa Justa. Y pone accesible en Metro el complejo hospitalario de la Macarena. Los vecinos de Los Bermejales opinan que si se hiciera entera la línea 3 también se facilitaría el acceso de media Sevilla a la ciudad sanitaria Virgen del Rocío. Cierto. Y a la Feria. Pero de eso hablaremos otro día, porque no cabe duda que la red del Metro está bien pensada y es necesaria en su totalidad. Y le daría un vuelco a Sevilla y a poder limitar el tránsito rodado privado en la ciudad, que de eso sí hablamos hoy.

La solución a una limitación de los vehículos privados en el centro está fuera: aparcamientos periféricos y mejor transporte público. Por ejemplo, con aparcamientos públicos a lo largo de la calle Torneo hasta la Resolana, se daría un gran paso para limitar la entrada de vehículos en el centro, del tráfico del Aljarafe. Por la calle Baños se tardan quince minutos a la Encarnación, que gracias al Metropol Parasol y la revitalización del sector, ha recuperado el sentido de punto central del casco histórico que ya tuvo desde el siglo XIX al situarse allí el gran mercado de la ciudad en 1842. Y desde luego con mejor transporte público, sobre todo la red completa del Metro.