Las personas somos muy dadas a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero eso puede ser falso.

En el año 1928 la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla desfiló el Martes Santo con la Hermandad del Dulce Nombre bajo la dirección de Manuel Font Fernández. Aquella fue la última Semana Santa que el entonces fagotista Manuel Ruiz Vidriet (La Luisiana 1890 / Huelva 1946) hizo con la Municipal de Sevilla. En Septiembre de 1928 Vidriet marcharía para ocupar el puesto de director de la Banda Municipal de Huelva, vacante dejada por Manuel del Castillo Díaz, otro ex músico de la Municipal de Sevilla. ¡Vaya cantera la de la Municipal de Sevilla también entonces!

Hace 90 años Ruiz Vidriet, en la Semana Santa de 1928, estrenó su famosa marcha Rocío. Marcha conocida por su solo de flautín acompañado por la percusión imitando a los tambores del Rocío. Que es un éxito no lo discuto. Pero hoy en día no creo que una composición como esa se la permitiríamos a nadie. Por un lado Vidriet utilizó para la marcha la canción mexicana La Peregrina. Esa canción es una plegaria mejicana compuesta en 1923 por Ricardo Palmerín con letra de Luis Rosado Vega. Pero es que el solo de flautín es una transcripción literal del que escribiera Joaquín Turina Pérez (Sevilla 1882 / Madrid 1949) en su poema sinfónico La Procesión del Rocío Op. 9. La obra compuesta en 1912 por Turina fue estrenada el 30 de marzo de 1913 en Madrid por la Orquesta Sinfónica de Madrid dirigida por Enrique Fernández Arbos, a quién está dedicada la obra. Joaquín Turina también fue alumno de Font Fernández. Font le había instrumentado y estrenado a Turina su Marcha Fúnebre a Nuestro Padre Jesús de la Pasión en la Semana Santa de 1899. Y repito aquello de ¡Vaya cantera la de la Municipal de Sevilla!

Epílogo: hoy no permitiríamos que una marcha procesional estuviera compuesta por trozos de obras de otros compositores.