ACALLADAS las trompetas y también los tambores, confirmado que el dios de la lluvia no ceja en seguir haciéndole la puñeta a las celebraciones sevillanas en clara alineación con el sector antitodo que tuerce por la infelicidad ajena, vemos cómo la agenda de actos en torno a los toros se presenta ciertamente colmada. Se presenta hoy esa especie de vademécum taurino andaluz que es el anuario Maestranza que dirige Carlos Crivell y en el que tenemos cabida muchos de los que le damos adobo literario ala Fiesta. Horas antes arranca un ciclo dedicado a José y Juan en Buenas Letras, mañana se programa un interesante mano a mano dialéctico entre Enrique Ponce y el profesor Amorós y así hasta que vuelvan a abrirse las puertas el primer templo de Tauro. Afortunadamente, la lluvia no tiene competencias sobre esos actos y conque dé permiso la autoridad basta.
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