No lo había pensado nunca con detenimiento pero durante una interesante velada con uno de mis amigos favoritos, surgió una de las claves para sobrevivir con éxito en todas las áreas de la realidad: adaptarse a las circunstancias y a los tiempos manteniendo tu esencia pero sin perder esos trenes que, una, dos o, como mucho, tres veces, pasan a nuestro lado ofreciéndonos la siempre apasionante aventura de iniciar nuevas etapas. Así, aparcando, de momento, la ancestral idea de celebrar mi propia boda -la cosa está tan mal que no queda otro remedio que reservar dicho plan para épocas mejores-, he decidido agradecer cada mañana el milagro del amor de los seres especiales que tengo a mi lado sin dejar, eso jamás, de animar a mis amigas a que, si el novio lo merece, pasen por el altar vestidas con modelos tan espectaculares como los que diseña Rosa Clará.

La catalana no deja de ampliar líneas de negocios y recoger premios y, sin ir más lejos, el próximo fin de semana recibirá un reconocimiento del certamen Sevilla de boda el cual, todos los años por estas fechas, tiene lugar en el Palacio de Congresos y Exposiciones. Aparte, en esta ocasión, también habrá una mención especial para dos de nuestros creadores veteranos preferidos: Justo Salao y Tony Benítez quienes, por su impecable trayectoria, serán protagonistas de un homenaje preparado por compañeros de profesión de su tierra. Con clientas tan señaladas, entre otras, como Carmen Sevilla o Lola Flores (cuya hija, Lolita, no podrá acudir al acto por el rodaje de una serie en el que se encuentra inmersa), el primero, y la reina Sofía, las infantas, Elena y Cristina, y la duquesa de Alba, el segundo, ambos se han entregado, en cuerpo y alma, a un trabajo con el que sellaron, igual que en los matrimonios, un compromiso de por vida. Adaptándose a las etapas que les han ido tocando, ambos constituyen el mejor ejemplo de la afirmación inicial: reciclarse, clave para no anclarse.