Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Adhesión a un merecido homenaje en vida

Una enorme pancarta recordó el sábado a Alberto Tenorio, esencia inmarcesible de Betis

Imponente pancarta en el frontispicio de la que fue su casa durante ochenta años. Estaba dedicada a un hombre que ha vivido por y para el Betis desde que nació. Alberto Tenorio Aldón, hijo de aquel Antonio Tenorio que junto a Andrés Aranda sostuvo la esencia verde, blanca y verde mientras Dios les dio vida, fue recordado durante el Betis-Alavés y hubo gente que se puso en lo peor y hasta hubo algún apresurado que repartió pésames.

Conozco a Alberto desde que a punto de iniciarse la década prodigiosa, aquellos felices años sesenta, trabajaba por el Betis en los vestuarios del campo de la Residencia. Campo de los Salesianos de Triana, semillero de grandes futbolistas y a los que Alberto les servía la ropa. Camisolines de loneta rayados en verdiblanco como vestigios de la última vez que el primer equipo vistió así, que fue cierto 21 de septiembre de 1958 en que el Betis rindió la travesía más dura de su historia.

Alberto, beticismo inoculado en vena desde la gloria del Patronato, no ha tenido en su vida más norte que el Betis. Y cuando ascendió a la utillería del primer equipo tras la jubilación de Adolfito, él iba a encargarse de que la llama del beticismo más hondo nunca faltase en el vestuario. Con Pepe Valera en su mejor galería de perpetuos y Quino siempre en su cabeza, con Alberto, por ejemplo, hubiera sido imposible que un futbolista del Betis calzase botas rojas.

Viví cómo ganó la batalla que planteaba TVE en los prolegómenos de la final del 77. Con mayoría de televisores aún en blanco y negro, Prado del Rey quería que el Betis jugase de verde para no confundirse con las rayas del Athletic. Vana petición, Alberto dijo que no trajo camisetas verdes y que el Betis no había llegado ahí para que lo disfrazasen. El sábado lo recordó el campo entero desde el patio de su casa en Gol Sur y ahí sigue entre nosotros. Que sea por muchos años.

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