OBSERVANDO las reacciones del comercio sevillano a todo lo que signifique cambio da la impresión de que este importante sector está instalado en la negativa. Se dice que saber decir que no es fundamental para lograr el éxito en cualquier faceta de la vida, pero tener el no siempre en la boca te deja sin credibilidad. Es como lo de la seriedad del burro, que una cosa es ponerse serio, ser serio, y otra muy distinta lo de esgrimir la seriedad como coraza. Y el comercio, al que aquí se ha defendido y se seguirá defendiendo cuando creamos que así debe ser, ha tomado la costumbre de negarse a todo. La peatonalización se acoge como si fuese la bicha aunque luego sea puntualmente rentable en más de un caso y ahora se le dice no a la libertad de poder abrir la tienda cuando plazca, incluidos domingos y otros festivos. ¿Alguna vez el comercio sevillano dirá que sí a algo?