REMATE esta noche para una temporada larguísima, que ha estado este curso a punto de meterse de lleno en el verano. Son las particularidades de los años impares, ésos que no acaban en Mundial o Eurocopa. Y todo termina con un partido de altísima tensión junto al Mediterráneo. Ya decíamos días atrás que Dios libre a cada aficionado del potro de tortura que significa la ruleta rusa de una promoción y no le arriendo las ganancias a esos fervientes partidarios del Elche o del Granada en esta cuenta atrás que rinde a eso de las nueve en todos los relojes de la noche ilicitana, de verdad que no quisiera estar en sus pellejos.

Alta tensión en el cableado del Nuevo Altabix que se ha multiplicado por los desagradables sucesos de Granada el pasado miércoles. Particularmente siempre vi al equipo andaluz como el favorito en este cara o cruz de la promoción, pero el argumento principal para este presagio se le cayó con estrépito en el primer asalto. Ese argumento era el de su fortaleza indudable como anfitrión, con qué solvencia sacó durante la competición regular sus compromisos en Los Cármenes, cuánta efectividad mostraba en su fútbol de chispazos y arreones, pero ese cartucho se ha perdido en el aire y ahora podremos estar hablando de otra cosa muy, muy distinta.

También particularmente creo que el Granada tiene más fútbol que el Elche, pero hay que tener en cuenta que el equipo ilicitano cuenta con ciertos recursos que en fútbol suelen aportar bastante efectividad. Son recursos que tienen bastante que ver con ese eufemismo del otro fútbol con que se edulcora el juego pandillero donde todo vale... con la anuencia del árbitro. Se acaba un curso interminable con un duelo de altísima tensión y creo que sería bueno para el fútbol andaluz que volviese a ligar póquer de equipos. Hasta el pasado miércoles, servidor de usted creía que eso era más que posible; tras lo del miércoles, las cosas se han complicado mucho, una barbaridad.