RELOJ DE SOL

Joaquín Pérez-Azaústre

América

AMÉRICA es Obama, América es McCain. América es Walt Whitman dormido sobre un parque, y es García Lorca contemplando en silencio su estatua. América es el arco, la caída, desde los rascacielos tras el crack. América es, también, ese dolor agónico y punzante de los hombres colgados del vacío, igual que marionetas alarmadas, en la tumba voraz del 11-M. América es Gigante y es Rock Hudson, la homosexualidad vivida como una maldición, pero es también James Dean y su petróleo, y su muerte violenta en carretera tras haber compartido el lunch con Sarita Montiel. América es Iraq, y las torturas en las cárceles militares, ha sido Guantánamo, y es la democracia chilena sometida bajo una bota gris, es Salvador Allende asesinado y es el hambre de Cuba; pero también ha sido Normandía, toda una sangre joven rugiendo por el mundo, por una libertad que disolvió esa cruz gamada del nazismo, el sacrificio de toda una generación que así perdió Los mejores años de nuestra vida. América es George Bush padre, América es su hijo precario como lo es Hommer Simpson, pero América también ha sido Abraham Lincoln, Roosevelt y Martin Luther King. América es la tumba de John Lennon y el poema Anabell Lee, de Edgar Allan Poe, llorando tembloroso junto al mar.

América, especialmente, ha sido John Fitzgerald Kennedy, América es John Wayne brindando por su muerte mientras Gilda lloraba detrás del decorado. América quizá pudo ser Bobby, y la muerte de Marilyn y su albornoz vacío. América fue Hoover, la libertad de expresión del Watergate y la caza de brujas de McCarthy. América es un himno y su bandera, América es el Capitán América, y es también Clark Kent volando hacia Lois Lane. América es un pueblo matándose entre sí por una economía, por una evolución, la industria por un lado y el esclavismo por otro, América es el norte contra el sur, y es Scarlett O'Hara, y es Hattie McDaniel, Mammy, recibiendo un Oscar por Lo que el viento se llevó, igual que poco antes había sido también El nacimiento de una nación, de Griffith, la gran película racista que consagró al Ku Klux Klan como una escuadra galante que había de salvar a las damas del sur de la amenaza sucia de los negros. América, en este tiempo, ha sido Malcolm X y Cassius Clay, y antes fue Jesse Owens, y al final terminó siendo Sydney Poitier, Denzel Washington y Hale Berry, y también Will Smith, y el Doctor J, y Magic Johnson, pero especialmente Michael Jordan. Su nuevo presidente, Barack Obama, no es un exotismo histórico. Sigue habiendo racismo, sigue habiendo idiotez, sigue habiendo salvajes con más o menos pelo. Esta investidura es el resultado de mucho sufrimiento, de mucha carne noble quemada a latigazos, a discriminaciones, a humillaciones y abusos. Ahora, América es Obama.

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