Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Américas

EN resumen Plan América es, como nos temíamos, un Anatomía de Grey en la jungla. Pero sería injusto quedarnos en una descripción tan concisa y simple. Tiene personalidad propia y es un producto de ficción diferente para lo que se hace por estos contornos, que no es poco.

El nuevo drama de La 1 es una muy cuidada producción de Notro que llega a contagiar en su imagen el ambiente extremo y tórrido de las entrañas (sociales y geográficas) de Sudamérica, con unos tonos ocres y amarillos que llegan a ser sofocantes. Es un logro haber recreado tan certeros paisajes en una finca canaria. El primer, y extenso, capítulo se impregnó de angustia. Tal vez por eso mucha de la audiencia que zapeó por la serie (9 millones de curiosos) prefirió quedarse en otras opciones más conocidas o ligeras como CSI, La familia Mata o Tienes talento. El ritmo narrativo, coqueteando con el tedio, se convierte en obstáculo para subirse a este todoterreno sanitario en el camino pedregoso.

El episodio de presentación dibuja al universo del remoto y precario hospital, con Pepe Sancho a sus anchas. Se presienten las tragedias del joven equipo médico que se ve arrojado a la violencia de paracos, guerrilleros, narcotraficantes, a cual más malo, y hasta una abortista oculta que dará juego. Es un tapiz barroco, en el que se entretejen las vivencias humanas al límite. Para el amor sólo hubo pinceladas. Primó la filosofía. "Usted lleva encima una bata, no una toga", recriminaba hipocrática una veterana (a la que matan en estos primeros compases, por cierto) a una doctora recién llegada, procedente de nuestra inopia española, y que ponía objeciones en atender a un desalmado.

Plan América está realizada con una calidad que hubiera sido insospechada hace unos años, pero flaquea en cómo quiere contar su dramón.

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