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PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

Anunciación de la Cifra

SAN Telmo de reestreno para concelebrar la Anunciación de la Cifra. Primera revelación del evangelio de la Junta según San Septiembre: Paquete de impulso económico, y vale más de 3.000 millones de euros. El presidente ha de guiar al pueblo y en el manual de vuelo se sugiere construir una cifra que le sirva para confiar en el futuro. Una cifra, y luego otra, y otra, son muchas y disponibles las lanzaderas de cifras. Bien. 3.000 millones de euros para flamear la bandera del cambio de modelo productivo. Bien. Inversiones repartidas a lo largo de cinco años. Bien. Pero estos planes mineros, forestales, rurales y exportadores, ¿tienen su propia máquina de fabricar billetes y monedas? Hay ciudadanos escamados de cualquier pasarela de cifras. El anuncio de nuevas prioridades nunca incluye cuáles se caen del cartel.

En todos los santuarios del poder se rinde culto a las cifras y se le montan altares y altavoces. Ya sea la oferente Teófila Martínez o Mar Moreno. Todas las personas a las que el Gobierno autonómico o un ayuntamiento les debe el dinero que necesitan para tener su economía sostenible tienen derecho a preguntarse dónde está el paquete de medidas que zanje la agobiante morosidad. Para ellos la cifra, su cifra, es una cruz a cuestas que no tiene redención en el laberinto administrativo donde resulta heroico unir los dos extremos del hilo que da identidad al principio y fin de un proyecto.

Las cifras nacen, crecen, se reproducen y mueren como células políticas que se inflan y desinflan, se fagocitan, o mutan a un objetivo muy distinto del que la incubó. Unas con dinero en su núcleo y otras con entelequia. La genética molecular desvelará la debilidad de muchas. Porque la única gran verdad de una cifra es el grado de ejecución presupuestaria que certifique. Los números, andado el tiempo, son los peores rivales de las cifras. Las dejan en cueros auditando lo que pudo haber sido y lo que fue. Para entonces serán otras las cifras en procesión y se prolonga la confusión entre el dinero imaginado y el efectivo.

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