FERIA Toros en Sevilla en directo | Cayetano, Emilio de Justo y Ginés Marín en la Maestranza

La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¡Arriba, parias de la Feria!

"¡Arriba, parias de la Feria! ¡En pie, famélicos feriantes! Atruena la juerga en marcha: es el fin de la opresión"

Al cambio de fechas que en realidad alarga la Feria y a la caseta achilipú, nuestro benemérito Ayuntamiento suma dos escenarios al aire libre para que las criaturas sin caseta puedan presenciar actuaciones en directo; como si fuera un gesto simbólico que democratizara los toldos de las casetas echados en las madrugadas flamencas de la antigua Feria. Parece que hay quien mira al real con los ojos de la camarada arpía de Doctor Zhivago que, al grito de "¡aquí había espacio para muchas familias!", expropiaba la mansión de los Gromeko. Se diría que existe una especie de deseo de colectivización hortera del ferial que democratice definitivamente tan elitista fiesta hasta que en el encendido de la portada los grupos de sevillanas canten: "¡Arriba, parias de la Feria! ¡En pie, famélicos feriantes! Atruena la juerga en marcha: es el fin de la opresión. El pasado de la Feria hay que hacer añicos. ¡Legión feriante: en pie a okupar! La Feria va a cambiar de base. Los deambulantes sin caseta de hoy todo han de tener. Agrupémonos todos en la lucha final. Del género humano es el Real".

Esto, como comprenderán, es una broma, una exageración… Bueno… Salvo que Pedro Sánchez gane las primarias y le sirva a Podemos la cabeza del PSOE en bandeja cual Herodes le ofreció a Herodías la del Bautista (o el minúsculo Garzón a Pablo Iglesias la de IU). ¿Imaginan la Feria de un Ayuntamiento social-podemita?

Futurismos, bromas o exageraciones aparte parece evidente que no acaba de entenderse de qué va la Feria o que se la quiere cambiar hasta hacerla irreconocible en nombre de la supuesta democratización de una fiesta que, guste más o menos, es lo que es. O ha sido lo que ha sido.

Metieron la pata en la Semana Santa con los aforamientos abusivos que ahora pretenden justificar invocando las avalanchas de la Madrugada, cuando nada tiene que ver la Amargura pasando por una calle Alcázares desierta con los sucesos que desbarataron la noche más hermosa de Sevilla. Aforar, señores, es calcular la capacidad de un receptáculo, no impedir el paso -muchas veces con malos modos- dejándolo vacío. No sería aconsejable que el Ayuntamiento asumiera como cosa propia la desmesura folclo-hispalense de los cofrades que han añadido a la Semana Santa dos días por delante y uno por detrás, de tal manera que aquí se ha inventado la semana de diez días, hinchando la Feria y adoptando medidas tan catetas.

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