ESE 4% es el porcentaje de películas dirigidas por mujeres de entre los 1.300 títulos comerciales desde la pasada década. Si hay que hablar de marginación femenina cierta y evidente, Hollywood es el ejemplo más palmario. De cara a una futura presidenta de los Estados Unidos, la empalizada aún se levanta inmensa para las mujeres en el gremio audiovisual. Un desequilibrio que se palpa sin tapujos en argumentos y personajes. La Historia la siguen contando todavía los hombres. Y las historias, también.

Sobre este arrinconamiento del punto de vista femenino en el entretenimiento y el arte trata un documental firmado por Caroline Suh y que acaba de estrenarse en Movistar +, 4% desigualdad en Hollywood. Este trabajo no es sólo interesante por sus planteamientos, sino también por su puesta en escena. A lo largo del documental sólo se suceden testimonios en primera persona, mirando directamente hacia el espectador, con un fondo negro que a su vez subrayan esos rostros y sus palabras. La tesis, la reflexión, son las únicas protagonistas de esta férrea denuncia del machismo irredento, encastrado en los tuétanos de la taquilla cinematográfica.

Las productoras de Hollywood aún piensan que los hombres están más dotados para dirigir y contar. También para manejar costosos presupuestos. No hay rastro, ni esperanzas, de una Kubrick femenina. De las grandes producciones en el último decenio sólo ha metido cabeza realmente Kathryn Bigelow. El resto de realizadoras aún se pelea por ponerse detrás del objetivo, en proyectos personales u obras segundo rango, para mantener una improbable trayectoria continuada. En el escuelas de cine un 50% del alumnado es femenino, pero sólo hay un 23% de directoras en el gremio estadounidense. En los años 20, en los tiempos pioneros de Hollywood, había una mayor proporción de mujeres cineastas que a día de hoy.

Para denunciar y abrir los ojos a día de hoy siguen bastando unas palabras justas.