TRÁFICO Cuatro jóvenes hospitalizados en Sevilla tras un accidente de tráfico

HACE tan sólo unas semanas, el Ayuntamiento se veía obligado a desviar partidas de los presupuestos ordinarios de diversas delegaciones municipales para consolidar su proyecto del tranvía. Ahora, con cargo a las partidas extraordinarias que librarán el Gobierno central y la Junta de Andalucía para frenar los efectos de la crisis y añadiendo sus propios presupuestos de inversión y los de las empresas municipales, ha elaborado una lista con más de 250 proyectos de obras que acometer en la ciudad a fin de renovar los barrios, dotar de equipamientos, mejorar la movilidad, etcétera, y, de paso, dar empleo a casi 7.000 personas a lo largo del ejercicio de 2009. El plan anticrisis se revela, pues, como un auténtico balón de oxígeno para el Ayuntamiento y para el alcalde, que tras el agotador sprint de obras previo a las pasadas elecciones municipales, con la peatonalización del eje Plaza Nueva-Prado de San Sebastián y la implantación del tranvía, no habían acometido ningún nuevo proyecto de envergadura, fiados a la culminación de la línea 1 del Metro, la cual se ha retrasado de nuevo sine díe por los fallos de ejecución de la UTE concesionaria. La crisis, haciendo esta vez honor al manido dicho, se presenta para el Ayuntamiento como una oportunidad para dar un nuevo impulso a la ciudad. Consciente de ello, el alcalde no se ha querido limitar a aprovechar los 140 millones que conjuntamente aportarán el Gobierno de la nación y el autonómico, sino que está dispuesto a complementarlos hasta lograr una inversión global extraordinaria de 330 millones. Es una decisión acertada, por cuanto con esta cifra se logrará un efecto multiplicador mayor que irradiará su influjo por todos los barrios de Sevilla. A efectos comparativos, y ya que hemos hablado del anterior proyecto-estrella municipal, es como si de golpe el Ayuntamiento se embarcara a la vez en cuatro líneas del tranvía y en renovar la infraestructura (redes de agua, saneamiento) de seis kilómetros de grandes avenidas. Como ha dicho más de una vez Monteseirín, Sevilla necesita de un segundo ciclo inversor. Este dinero no puede compensar el ingente déficit acumulado desde la Expo, pero al menos servirá para salvar 253 asignaturas pendientes.

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