El buen yantar

Juncal / Dirección: C/ López De Gómara, 11

Bar Salomón

No se puede estar más en el meollo del Barrio por antonomasia en Sevilla, Triana. No se puede denominar en puridad "bar de barrio". Ocurre como con otros muchos bares de nuestra ciudad, Carbajo, Eme, El Tremendo, Benito, Aurelio, que en un origen son del barrio. La gente de la zona se toma su vinito, su tapita y tenían allí su tertulia, su timba, su reunión. Pero la calidad del bar se va extendiendo con esa manía que tenemos los sevillanos de contar a todo el mundo que hemos descubierto un sitio secreto, con lo que ya deja de ser secreto.

Los mismos dueños contribuyen a esa expansión más allá de los confines del barrio, cambiando las tapas por raciones, subiendo el nivel del vino y el precio, y poco a poco van apareciendo forasteros que terminan por apoderarse del territorio y hacen desparecer la fauna autóctona.

Son bares que siguen en el barrio pero ya no son "bares de barrio" stricto sensu. Esto es lo que le ocurre al Bar Salomón. Hace años era un minúsculo bar con unas cuantas tapas, pero ha cambiado y para mejorar: las instalaciones son cómodas y limpias. Una buena barra, cinco o seis mesas dentro y unas mesas en la terraza exterior, que en verano está hasta arriba. El sistema de atención de las mesas es el de viva voce, a grito pelao. Se desarrolla una habilidad que consiste en estar charlando con tu reunión pero con una oreja pendiente de lo que sale de la ventanita. Pidan la ensaladilla, no tiene nada, pero no le falta de nada. De las antiguas. Las gordales y las alcaparras muy ricas. La tortilla, en su punto; añádale de la mayonesa casera que tienen y la convertirán en un manjar.

Prueben también el redondillo de ternera mechada, las alcachofas rellenas, los boquerones en vinagre o las originales anchoas del cantábrico con aguacates. De bar antiguo es el solomillo a la diabla, el calabacín relleno o las bravas. Más de hoy la ternera con pasas. Y genial el cartel de "auténticos calamares fritos". Buenos vinos y dejo para el final el pincho. No discuto que sea el rey, pero más por demérito de la competencia que por méritos propios. Consejo de amigo a Salomón: no deje morir esa tapa. No se lo crean, no bajen el nivel y sobre todo no lo intenten tapar con polvitos pica-pica. Los reyes trabajan todos los días, no viven de leyendas.

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