Batasuna en la Universidad

El profesor Contreras está viviendo un linchamiento ante la pasividad de las autoridades académicas

Hoy quisiera ser profesor de la Universidad de Sevilla para que nadie pudiera pensar que escribo desde la confortable media distancia que ofrece serlo de otra universidad andaluza. Pero ya que no como profesor, firmaré esto como el alumno que sí fui. De eso hace ya bastantes años, pero ni en aquellos tiempos más turbios que turbulentos, ni en las décadas transcurridas desde entonces, creo se haya emitido desde un organismo de la Hispalense un papel de vileza comparable al aparecido en la página web de ese sóviet consentido que lleva por mal nombre el de Cadus o Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla.

En ese comunicado, a la vista de todos desde hace días, se arremete alevosamente contra el profesor que iba a moderar el acto académico del pasado 16 de febrero en la Facultad de Derecho, el cual, como se recordará, fue saboteado mediante la violencia. Francisco José Contreras, el catedrático de Derecho señalado por el sóviet, al que se acusa de machista y homófobo por promover un foro de debate en la Universidad, y del que apenas veladamente se pide su depuración, ha tenido que soportar también que en su propia Facultad se montara un aquelarre contra su persona convocado con carteles y pasquines. Un auténtico linchamiento profesional y humano ante la pasividad de unas autoridades académicas que asisten impotentes a la radicalización liberticida de su Universidad. Que ese infame comunicado pueda estar colgado desde hace días en una web oficial de la Universidad, que el rector no haya llamado al así agredido para solidarizarse con él, que los profesores de esa Casa no se agolpen ante el despacho del rector para manifestarle su indignación, son hechos todavía más graves que los mencionados arriba. Los primeros son los que se pueden esperar de una banda de hampones que desde hace años usurpa el nombre de los alumnos sevillanos, pero la abulia del rector y la pasividad de la comunidad universitaria mientras se van dando todos los pasos que condujeron a la batasunización de otras universidades es incalificable. Los enemigos de la libertad -y por tanto de la Universidad- encontraron allí en el nacionalismo la bandera socialmente aceptada para imponer su ley; en la Universidad de Sevilla se está utilizando la ideología de género con los mismos fines y con procedimientos cada vez más reconocibles e intolerables.

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