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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

El Betis de Granada es indefendible

El esperpento de Los Cármenes dejó bien a las claras el estrepitoso fracaso de la institución

Esperpéntica hasta la sobredosis, la imagen que dio el Betis en Granada deja a la entidad verde, blanca y verde con el ominoso cartelito de indefendible. Hasta aquí he intentado apoyar a la actual dirigencia del club fundándome en la coherencia que se le había dado a la entidad aunque con el lunar, inmenso lunar, de no haber dado en la tecla adecuada del primer equipo, que es el motor principal de todo club deportivo.

En mi pliego de descargos he de abundar que dicha defensa estaba más basada en el temor a desenterrar endemoniados demonios familiares que a aplaudir a los actuales dirigentes. Pero Granada ha supuesto una cota que puede ser la de hasta aquí hemos llegado y la de ya está bueno lo bueno. Y es que la actuación del buque insignia del Real Betis Balompié, su primer equipo, no da pie al perdón, ya que el cementerio futbolístico está plagado de perdones.

Granada tiene que ser un punto de no retorno, de inflexión si no fuese por la cantidad de puntos de inflexión que registra la historia bética, la antigua, la moderna y la contemporánea. Desde ese portero para el que tanto se reclama una renovación hasta el otrora delantero franquicia, el equipo fue una pandilla de amiguetes convertida en un juguete en las manos de uno de los sempiternos colistas de la Primera División y si eso tiene excusa que alguien acierte a explicarlo.

Una catarsis en regla es lo que pide a gritos el Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié. Desde Ángel Haro hasta el último utillero han fracasado con estrépito, casi al mismo nivel que fracasaron tantos y tantos desde Pepe Núñez acá, conque a ver qué solución se le da. Y todo esto lo digo tapándome la nariz, no vaya a ser que este río tan revuelto sirva para que lancen la caña aquellos que andan a la espera de volver a las andadas. Pero es que lo de Granada fue indefendible.

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