LLEGA a Heliópolis el equipo de la clase media que mejor fútbol hace. ¿Y qué es eso de mejor fútbol, el jogo bonito? No me refiero al jogo bonito, sino a ese fútbol que combina lo bonito con lo efectivo. Los números de Las Palmas son incontestables desde que Quique Setién se puso al mando de la nave. Números de Champions desde que patronea el cántabro, pero con un fútbol que hace recordar al equipo de Guedes, Germán y Tonono.

Del Villarreal abajo, Las Palmas es el que hace el fútbol más atractivo y eso vamos a verlo esta noche en Heliópolis... si el Betis no lo remedia. Tiene el Betis la salvación casi agarrada con ambas manos y eso parece que le dio vida en Balaídos, donde pudo ganar si Adán no falla una vez, Rubén varias y Merino no lo remata con unos cambios que no salieron porque difícilmente podían salir. El botín se le quedó en la tercera parte y de ahí el casi de su salvación.

Y ya sabemos que de casis y de cosas que no fueron pudiendo haber sido están llenas las cunetas del fútbol, por lo que urge confirmar la supervivencia a la mayor brevedad posible. Esa mayor brevedad se anuncia para las nueve en todos los relojes de la noche heliopolitana y frente a un equipo ensamblado, que sabe a qué juega y que envuelve en seda la roca de una efectividad incuestionable, con dos futbolistas, Roque y Tana, estelares y un puñado de satélites estupendos.

¿Y ante qué Betis nos encontraremos? En el arranque y en el final de Balaídos apareció el Betis inanimado de casi toda la Liga, pero en la hora central se vino arriba para dar una gran imagen con Joaquín por dentro, sitio ideal para su presente. Ahí, ya utilizado en numerosas ocasiones por Serra con éxito, es donde el portuense puede servir al Betis como el Betis espera de él y mucho ha de ver en que esta noche pase el Betis del casi a la certeza de seguir en su hábitat natural.