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La ciudad y los días

carlos / colón

T. Bikel en el Llorens

CINE Llorens, diciembre de 1965. La apuesta entre el profesor Higgins y el coronel Pickering está a punto de dilucidarse. En el baile de la embajada nadie sospecha que su bella acompañante es una florista ambulante de Covent Garden. Hasta que aparece Zoltan Karpaty, un antiguo y pomposo discípulo de Higgins famoso por su arte para desenmascarar impostores. Y saca a bailar a Eliza para satisfacer a quienes quieren saber de dónde procede la bella dama. Pickering está aterrado; Higgins, divertido. Tras el vals Karpary dar su veredicto: ¡es una princesa húngara!

Así, como Zoltan Karpaty, fue como muchos conocimos a Thedore Bikel, el multifacético actor de teatro, cine y televisión, cantante, folclorista y activista que ha fallecido a los 90 años. Un conocimiento tardío porque había trabajado como secundario en otras películas -La Reina de África, Moulin Rouge- y sobre todo porque era una gran estrella de Broadway tras estrenar junto a Mary Martin Sonrisas y lágrimas en 1959, encarnando al capitán Von Trapp.

La vida de Bikel es una novela. Nació en Viena en 1924. Sus padres, judíos sionistas, tuvieron que huir a Palestina tras la anexión nazi. Allí se educó en un kibutz y se dedicó al teatro, siendo uno de los fundadores de la prestigiosa compañía Teatro Cameri de Tel Aviv. Establecido en Londres desde 1946 para estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art, fue recomendado por Michael Redgrave para que interpretara junto a Vivien Leigh y Bonar Colleano el estreno londinense de Un tranvía llamado deseo dirigido en 1949 por Laurence Olivier. En 1955 debutó en Broadway y cuatro años más tarde se consagró con Sonrisas y lágrimas. Insatisfecho porque su personaje apenas tenía canciones, Rodgers y Hammerstein crearon para su bella voz Edelweiss.

Porque Bikel era un buen cantante especializado en el repertorio de folclore judío y apasionado por la folk song. En 1959 creó junto a su íntimo amigo Pete Seeger el New Port Folk Festival, impulsando las carreras de las estrellas folk con las que protagonizó el memorable cierre de la edición de 1963 junto a Seeger, Bob Dylan, Peter, Paul & Mary y Joan Baez. Su carrera teatral culminó cuando en 1967 se hizo cargo del papel principal de El violinista en el tejado. Polifacético que era aquel Karpaty que conocimos en el Llorens unas Navidades de 1965. Sea este artículo una piedrecita sobre su tumba.

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