BENIGNO Blanco, secretario de Estado de Aguas y Costas del Ministerio de Medio Ambiente en 1996 y más tarde, en 2000, secretario de Estado de Infraestructuras y Transportes del Ministerio de Fomento, siempre con el Gobierno de Aznar, ha pedido a Mariano Rajoy, en calidad ahora de presidente del Foro de la Familia, además de suprimir el aborto, el matrimonio homosexual y la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que los menores de edad tengan derecho al voto. Con una salvedad: serían los padres quienes votarían en nombre de la prole para, de este modo, "compensar el peso real de las familias". Suena a coña pero no lo es. Es una de las propuestas que consta en un libro (Familias: el debate que no tuvimos) dirigido al próximo presidente del Gobierno, "un tipo serio en quien confío en que hará las cosas bien". Doy por hecho que semejante disparate no tendrá eco, que Rajoy ni nadie autorizará una usurpación fascistoide del voto que incluye además el abuso de menores. Pero veámoslo como síntoma. Como síntoma, primero, de las extrañas expectativas que ha levando el triunfo del PP en un sector de simpatizantes muy bien tratado. Y, segundo, como síntoma de las presiones que tendrá que digerir Rajoy a la hora del reparto de ministerios, secretarías y direcciones.