Crónica personal

Pilar / cernuda /

Choque de trenes

UN nuevo conflicto entre Gobierno regional y Gobierno central, un nuevo choque de trenes, enturbia estos días las relaciones entre dos ejecutivos porque, como ocurre siempre, el Gobierno central quiere buscar lo que considera interés de todos los españoles frente al empeño del Gobierno regional de defender a sus ciudadanos o, como parece que ocurre en este caso, sus propios intereses.

El medio millar de vecinos de Villar de Cañas quiere el ATC, el almacén de residuos de centrales nucleares. Apostaron por ese proyecto frente a otras propuestas llegadas de varias localidades españolas porque pensaban que suponía más desarrollo para el pueblo y más puestos de trabajo. El proyecto se había aprobado en 2004 y contaba con el apoyo del PSOE y del PP. Además, los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear le había dado el visto bueno, la luz verde. Pero… la política entró de lleno. Porque el problema del ATC es de tipo político, no nos engañemos.

El nuevo presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, del PSOE, consiguió el cargo gracias a un pacto con Podemos, y Podemos no pasa por el ATC de Villar de Cañas ni por ningún ATC, está absolutamente en contra de la energía nuclear, las centrales nucleares y los depósitos de residuos.

Page, que no puede reconocer la inestabilidad de su posición, alega razones contrarias a la energía nuclear y también que quiere preservar una reserva de grullas que anidan en la zona, argumento que no había presentado el PSOE en los años que llevan las obras en marcha. Aparte de que no se ha encontrado un solo vecino que haya visto grullas por allí.

El Gobierno de Rajoy, como antes el de Zapatero, tomaron las decisiones que consideraban necesarias para poner fin al alquiler de los almacenes franceses que guardan nuestros residuos, que cuestan 60.000 euros diarios. Es decir, tenemos en un lado el tren de las cifras, y en el otro el de la política, sin entrar en la seguridad que, afortunadamente, no es una cuestión que se encuentre en este momento en el debate público tras el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, aunque si hace falta veremos a Podemos enarbolando esa pancarta, que siempre funciona bien.

El problema energético es suficientemente serio como para dejarlo al margen de la política de andar por casa, la basada en demagogias y mensajes populistas. Tengamos la fiesta en paz.

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