Visto y Oído

francisco / andrés / gallardo

Cofradías

ATRACÓN de pasos y marchas que retumban en la habitación. El incienso parece colarse por la casa cuando la pantalla lleva varias horas encendida. Es el rito televisivo de la Semana Santa. Como Ben Hur, Jesús de Nazaret, los documentales de esenios contra extraterrestres y el estreno cofrade de este año: la cuñada de Rocío Jurado, como si fuera una Dolorosa en Sálvame. Tantos años de devoción chipionera parecen crear reacciones alérgicas.

La Semana Santa cambia una vez al año el televisor. No hay cadena local que se resista a una conexión con la puerta de la iglesia: la publicidad lo recompensa y hasta la audiencia lo agradece. Canal Sur terminará con una cifra de desastre en sus registros de abril, lo habitual de otros años, aunque en esta ocasión el desenlace es más puntiagudo. En los días cofradieros se produce un trasvase casi proporcional de la autonómica hacia las locales. Los que por unos días dejan de seguir a Juan y Medio o a Andalucía Directo están viendo las conexiones procesionales de sus respectivas poblaciones. Y habrá que insistir en que ha sido una buena idea, para los más cofradieros, dedicar La Nuestra 2 y el HD a las carreras oficiales de Sevilla y Málaga, aunque faltara cierto mimo narrativo, que tampoco hubiera supuesto tanto.

La Semana Santa no da una gran audiencia a Canal Sur, pero aunque no otorgue cuotas rentables es más servicio público que tanto copleo, las películas foráneas o ese programa de tapas que finalmente nos ha salido algo esaborío. Y un espacio cofrade semanal, dirigido a todo el mapa, didáctico, curioso, escapando de cualquier ombliguismo, sería mejor opción que algunos de esos nocturnos low cost con los que está fallando la tele de Durán.

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