cuchillo sin filo

Francisco Correal

Colgantes y atirantados

CUANDO felicité a Luis García Montero, la mujer debió pensar que al poeta granadino le habían concedido un nuevo galardón literario. En realidad, celebrábamos juntos el ascenso del Granada, su regreso a Primera División 35 años después. El poeta tiene apellidos de aquellos defensas transoceánicos que pusieron una pica en Los Cármenes: Montero Castillo, Aguirre Suárez. Un ascenso después de tanta espera es como ganar el Adonais y el Planeta el mismo día.

La mujer se llama Inés Fernández-Ordóñez y fue elegida universitaria del año por el programa Aula Abierta de la Facultad de Comunicación. No entiende nada de fútbol y no se explica que ese deporte sirva para medir el paso del tiempo y ser correlato de emociones mucho más cercanas a la lírica que al prosaísmo balompédico de nabos y garrulos de que hablara mi admirado Juan María Rodríguez en un sonoro alegato. Inés tiene más aspecto de alumna que de catedrática. Con esa impronta juvenil, es la sexta mujer que forma parte de la Real Academia de la Lengua. La primera filóloga y la más joven de quienes forman parte de la longeva institución. Sólo hizo una reflexión futbolística. No entiende que el diccionario no acepte las expresiones madridista o colchonera. La primera le atañe a García Montero, si no ha renunciado a la fe merengue que compartía con Miguel Ríos, y la segunda a Almudena Grandes, su mujer. Le comenté a la académica que el libro de estilo de un periódico muy reputado en el que muchos académicos publican sus artículos prohibía el uso de la expresión pimentonero relativa a los aficionados del Murcia. No está el patio para renunciar a la identidad hortofrutícola.

En septiembre de 1977 conocí en persona a Carmen Conde, primera mujer que ingresó en la Academia de la Lengua. Era vecina de Vicente Aleixandre en la calle Velintonia, y allí la descubrimos cuando le dieron al poeta sevillano el Nobel de Literatura. Inés, la sexta académica, es políticamente incorrecta: la sobrina de quien fue ministro de Hacienda, Justicia y Asuntos Exteriores (Francisco Fernández-Ordóñez) y del actual presidente del Banco de España (Miguel Ángel Fernández-Ordóñez), hija del ingeniero coautor del puente del V Centenario (José Antonio Fernández-Ordóñez), viene a decir que eso de todos y todas, ciudadanos y ciudadanas, andaluces y andaluzas, es superfluo y como todos los cambios conscientes e inducidos en el uso del idioma pasará a mejor vida. Más le subleva que al puente de su padre le sigan llamando Paquito como una analogía del de San Francisco cuando uno es colgante y el otro atirantado. Uno es colgante, el otro quedó colgado.

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