FÚTBOL fútbol a orillas del Tinto y del Odiel. Hoy arranca el Colombino y recuerda uno ese eslogan con el que abro y que salió de la imaginación de José Antonio Blázquez, uno de los más brillantes juntaletras que dio el periodismo deportivo. Eran otros tiempos bien distintos, ya que el Colombino, que nació cuando el Carranza llevaba diez años de vida, era uno de esos escaparates donde podían verse las grandes estrellas mundiales. La aldea futbolística no había sido globalizada por la televisión y, en medio de una empachera de torneos veraniegos, Teresa Herrera, Carranza y Colombino componían su aristocracia.

Hoy arranca un nuevo Colombino y lo hace en un ambiente incuestionable de depresión, ya que los dos grandes señuelos de esta edición sufren el luto doloroso del descenso. Es como una competición con tintes de ascensor, pues si bajaron Recre y Betis, el tercero en liza, el Zaragoza, anda ilusionado por su reciente vuelta a la Primera División. Y como las cosas son así, pues sólo los zaragocistas podrán ver a su equipo sin necesidad de salir de casa. Sus partidos, hoy con el Recre y mañana contra el Betis, podrán verse junto al Ebro, pero ni recreativistas ni béticos tendrán ocasión de ver a su equipo a no ser que se decidan a plantarse en el Nuevo Colombino, sólo así.

Es lo que da de sí haber perdido la categoría por mucho que le resulte incomprensible a todos aquellos que no quieren enterarse de la dura realidad. De todas formas, el gran torneo junto a la ría huelvana arranca esta noche y seguro que el Nuevo Colombino registrará un buen ambiente. La nostalgia nos invade en el recuerdo de tantas y tantas ediciones pretéritas en el recinto de Isla Chica, de tantas presencias del Madrid, del Barça, del Atleti, del Sevilla y... del Betis, de un Betis de tiempos mejores que los que padece. Y ojalá se cumplan los deseos de Francisco Mendoza, el presidente del Decano, vaticinando un próximo Colombino con Recre y Betis nuevamente en Primera.