Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Comandos

YA cuando fue detenido se dibujó a sí mismo como un falso superhéroe, un bandolero obeso y macarra de estos tiempos. Ahora dice con caradura que era "expropiador de bancos". Si nadie le ha puesto un contrato por delante será por imposibilidad legal, no por pudor. Ese tipo indeseable de El Solitario se ha puesto en el escaparate y ya vendrán buitres catódicos a aprovechar gozosos los pitracos del psicópata cebollero. Comando Actualidad, un programa de reportajes sensacionalistas que ofrece La 1 en la madrugada de los viernes, aliñaba en su última disección una oportunista entrega sobre este delincuente, aprovechando que está en primer plano por su juicio. Antena 3 ya sacó partido a la vista reponiendo la reciente miniserie, dedicada al menos a resaltar la acertada investigación.

En el trasnoche de La 1 los del comando se iban a los lugares de las fechorías, y desdichados vecinos daban su testimonio sobre el calvario sufrido con este prenda que se oreaba sin problemas pese a su reiterado comportamiento antisocial. A los reporteros les salió un producto de emergencia resultón, interesante, pese a que se notaban que los medios eran justitos. La 1 podría servir en un mejor horario espacios de este calibre, más nutritivos que los programas de productoras que se venden como "entretenimiento" como Sing Star o ¡Quiero bailar!

En esa misma noche, la que congrega a menos gente de toda la semana, Íker Jiménez, en un decorado nuevo y más inquietante que el de Cuarto milenio, sacaba a escena su reportaje sobre Chernobil. Aportó imágenes insólitas, como el vuelo sobre las ciudades fantasma de la catástrofe, intactas al cabo de veinte años, pero envueltas en una naturaleza que se revuelve contra la radiactividad. Sazonando con algunas ideas peregrinas, el documental tuvo su miga más allá del amarillismo sobrenatural. Algo es algo.

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