LAS EMPINADAS CUESTAS

Amparo Rubiales

Compartir poder

EL movimiento feminista tiene una larga trayectoria histórica cargada de éxitos que han costado mucho alcanzar, sin haber conseguido aún el objetivo de hacer el poder compartido entre hombres y mujeres. La sociedad está así compuesta y se trata de codirigirla juntos. Esta idea tan sencilla, teóricamente admitida por todos/as produce, sin embargo, rechazos primitivos cuando quien aspira al poder es una mujer; ante todo se pregunta por su capacidad y, la mayoría de las veces, se la cuestiona o se dan explicaciones torticeras sobre su persona y su vida; que un hombre sea ambicioso es normal, en una mujer la ambición extraña. Hemos sido hechas para el amor, el cuidado, el agrado y los sentimientos, en suma, y no para razonar, proponer, tener ideas propias y mandar; cuando tenemos poder suele ser delegado por los hombres; en las que intentan lograr poder propio, y alguna lo consigue, el techo de cristal se transforma en cemento. Esto le está ocurriendo a la candidatura de Carmen Chacón, y a las hemerotecas me remito; algunos medios han alcanzado un nivel deleznable y han perdido una hermosa oportunidad los y las partidarias de Rubalcaba, muchos y muy buenos/as, de desmarcarse de algún panfleto y criticar su contenido.

Este próximo fin de semana los delegados/as socialistas, entre los que no me encuentro, van a llevar a cabo el acto de democracia interna más importante en el que puede participar la militancia partidaria elegida para ese cometido. Socialismo y feminismo han tenido, y tienen, momentos de tensión parece que inevitables, pero el objetivo común es la igualdad y si ésta forma parte de nuestro ideario no debe temerse a una mujer dirigiendo el partido. La igualdad integra todos los campos de nuestra acción política, desde los teóricos hasta los organizativos. Es un valor esencial de la socialdemocracia en el que hay que profundizar y más en estos momentos de crisis económica y política. Todas las crisis producen retrocesos en la igualdad y los padecen más las mujeres.

Hemos conseguido, tras muchos esfuerzos, consolidar presencia de mujeres en la vida política. Ahora toca consolidar liderazgos, hacer que este partido sea, como dice el presidente Griñán, intergeneracional y paritario. Estaría bien que el enorme trabajo que nos espera para recuperar poder y discurso lo lidere una mujer con experiencia política y de gestión, con ideas y propuestas nuevas. Otros han tenido oportunidades durante muchos años, ahora es el momento de una mujer: Carmen Chacón. Queremos compartir el poder, pues, como ella repite, "cada vez que avanza una mujer avanza el género humano", aprovechemos esta oportunidad.

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