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la esquina

José Aguilar

Condenado Del Nido

SÓLO en la peculiar cultura democrática española pueden entenderse las dudas sobre la continuidad o el cese como presidente del Sevilla FC del abogado José María del Nido después de su condena por delitos de corrupción dictada por la Audiencia de Málaga. Hasta ayer tarde no se despejó la incógnita, y lo hizo de manera sorprendente: seguirá en la presidencia mientras se resuelve su recurso ante el Tribunal Supremo, como mínimo (caben otros recursos posteriores).

No hay elementos objetivos para que Del Nido siga al frente del equipo sevillista. Ni siquiera su exitosa gestión, que ha llevado al club a la etapa más brillante, deportivamente hablando, de su historia. Ni el respaldo aparentemente masivo de los socios y aficionados, consecuencia de dicha trayectoria. Ni el hecho de que su condena haya sido a causa de actividades privadas que no involucran al Sevilla: lo involucra precisamente su presidencia, el cargo más representativo e institucional del distinguido equipo.

A menudo se discute si la mera imputación de un delito ha de llevar aparejada la dimisión de un cargo público. Siempre he defendido que sí, que es lo más conveniente para la institución que encarna, porque si luego resulta inocente existe la posibilidad de regresar al mismo o a otras responsabilidades públicas, con su honor restaurado, pero si es culpable habrá deteriorado sin remedio a la sociedad que representa. Ahora bien, cuando de la imputación se pasa a la condena el dilema no debería existir. Se impone la dimisión. Sí o sí, como gusta decir -para otras cosas- al propio José María del Nido.

Aunque la sentencia es recurrible, y va a ser recurrida con toda seguridad, la presunción de inocencia ha quedado seriamente dañada. Lo que existe, desde el lunes, es más bien una notoria presunción de culpabilidad, consagrada por el auto razonado (a lo largo de 480 folios), no de un juzgado cualquiera, sino de la Audiencia Provincial de Málaga. Y no por una falta irrelevante, sino por delitos continuados de fraude, malversación y prevaricación, sancionados con siete años y medio de cárcel y quince de inhabilitación e indemnización de 2,7 millones de euros al Ayuntamiento de Marbella. Por haber ideado, junto al ex alcalde marbellí Julián Muñoz, una trama que le permitió cobrar de las arcas municipales el importe de 79 minutas por trabajos jurídicos contratados sin expediente alguno, de modo verbal, que podrían haber hecho funcionarios locales o que eran innecesarios para la gestión pública. Todo eso está en la sentencia.

Del Nido ha dicho que continuará por el bien del Sevilla FC. En realidad va a continuar en su propio interés.

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