Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Congreso decepcionante

Sánchez se muestra implacable y parece que ejercerá el cargo exigiendo lealtades y asumiendo todo el poder

Así ha calificado un editorial de El País al 39 Congreso del PSOE, recién celebrado. Y la decepción no se la provoca que el secretario general no haya sido votado más que por el 70% de los compromisarios, que es el porcentaje de votos más corto de los obtenidos por un candidato a este cargo, sino por el tacticismo que observa en Sánchez, preocupado más que nada por atraerse a votantes de Podemos y, sobre todo, por su confusión ideológica, que se aprecia especialmente en el tema de Cataluña.

Efectivamente, en este congreso se reconoce y aprueba la plurinacionalidad de España y se pretende una reforma constitucional que, partiendo de que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, perfeccione el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado, apuntado en el art. 2 de la Constitución. Volvemos, pues, a lo de "España nación de naciones", aunque sólo una goce de soberanía. Poco puede haber durado la alegría en el PP cuando presumía que tenía al PSOE de su lado en el problema catalán, aludiendo a una llamada que decían recibida de ese partido. Siempre ha estado claro que, desde el punto de vista de los independentistas, la cuestión no se resuelve más que con la independencia, obtenida en un referéndum en el que no puedan votar más que los catalanes. Ha sido Alfonso Guerra y no un ultra, quien ha considerado que debe suspenderse la autonomía, en base al 151 de la Cosntitución. A Sanchez su tacticismo le ha valido para conseguir los votos de los afiliados al PSC y con ello ganar las primarias, pero como resume un comentarista, esto no es bueno ni para su partido ni para el país.

De nuevo en la Secretaría General, Pedro Sánchez se muestra implacable y parece que ejercerá el cargo exigiendo lealtades y asumiendo todo el poder. Sigue con su hostilidad visceral al PP e insiste continuamente en que hay que echarlo del Gobierno, como si este se hubiese conseguido en una tómbola y no por el voto mayoritario de los españoles. Espera que Rajoy le llame, cuando parece que lo propio sería que él lo llamase, si es que quiere algo, además de insultarlo, porque vuelve a llamarlo "indecente". La entrevista con Rajoy no es su prioridad, porque lo que quiere es reunirse con Iglesias y Rivera, para explorar la alternativa al PP, caminando con estos hasta la Moncloa, desalojando al Gobierno de Rajoy y sus políticas. El líder del C's anuncia que no le gusta esa compañía, pero seguro que el líder de Podemos ya se está relamiendo, porque ese camino que quieren andar juntos le ofrece infinitas posibilidades.

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