FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

SI algo saqué en claro después de mi participación en el jurado de la Crítica del Festival de Málaga fue la constatación del entusiasmo para con su trabajo de Conxita Casanovas, recuerden, la voz del cine en Radio Nacional. Hace más de quince años que nos conocemos, pero continúa con la ilusión de la primera vez. No hubo suerte con la calidad de las películas a concurso, de acuerdo. ¿Pero tiró la toalla o desdibujó su sonrisa? Todo lo contrario. Participó en todas y cada una de las ruedas de prensa, convirtiéndose en tabla de salvación para el moderador Fernando Méndez-Leite, que siempre empleó las preguntas de Conxita a modo de comodín para salvar los incómodos silencios. La enviada de Radio Nacional también tuvo presencia activa en los encuentros con la prensa de los tres homenajeados, Tosar, Isaki Lacuesta y José Luis Alcaine.

Además de realizar su doble ración de programa semanal, Va de cine, en Radio 4, que afortunadamente ya es audible desde cualquier punto gracias a los podcast, entró en los distintos programas de la casa. Era ella la que tomaba la delantera, la que se ofrecía a los responsables de prensa de las películas para introducir sus cortes de voz, o el de los actores, en espacios como El ojo crítico. Y al acabar el maratón de estos nueve días, Conxita, como si nada, sólo pensaba en lo siguiente: en el acto de entrega de los Premios Sant Jordi, cuyo jurado preside cada año. Cuando es tan común que la gente, en sus distintos desempeños, vaya a cubrir mínimos, a dejar de sí lo justito, encontrar tal identificación de una persona con su trabajo, hasta el punto de difuminarlo con el tiempo de ocio, es noticiable.

La pasión de Conxita es capaz de devolver la fe al incrédulo.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios