La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Corrupción y beatería

Lucha implacable contra la corrupción. Pero sin beatería ni utilizarla como arma

Parece que acabamos de descubrir la corrupción, pese a ser tan antigua como las sociedades por su arraigo en la naturaleza humana. Y parece también que este descubrimiento nos ha ruborizado, azorado, escandalizado, como si fuésemos señoritas de pensionado que nada saben de la vida. Debe ser un signo de nuestra juvenil inmadurez democrática. En los tiempos largos de la historia los 40 años de nuestra democracia deben equivaler, no a la madurez como sucede con la vida humana, sino a la pubertad. Quizás creímos que la corrupción era cosa de la dictadura y que la democracia iniciaría una era de generalizada virtud pública. No es así, como demuestra la historia. A lo peor a nuestra azorada y melindrosa adolescencia democrática haya que sumar el hecho terrible -porque nuestros planes educativos son lo que son- del desconocimiento de la historia. ¡Y eso que hay literatura sobre el tema! Lean, por no salir de España, El duque de Lerma: una historia de la corrupción en el siglo de oro, de Alfredo Alvar o Detrás del escándalo político: opinión pública, dinero y poder en la España del siglo XX, de Fernando Jiménez Sánchez. Y si quieren ampliar, añadan Breve historia de la corrupción, de Carlo Alberto Brioschi, o Dinero y poder en el mundo moderno 1700-2000, de Niall Ferguson… Y así podrían llenarse muchas páginas de bibliografía.

Dos ejemplos. En Corrupta Roma, Pedro Ángel Fernández Vega reproduce esta cita de Plauto que da idea de la actualidad de lo antiguo: "El pueblo ha aprobado infinidad de leyes contra vosotros, pero ley que se aprueba, ley que vosotros os saltáis; siempre encontráis alguna escapatoria". Y en su introducción a Los caracteres de La Bruyère (1688), en la edición de la Pléiade, escribe Jacques Prévot: "Es el cuadro amargo de la sociedad de su tiempo, de sus falsos valores, pretendidas grandezas, ausencia de justicia, desprecio por el mérito personal, triunfo de las finanzas deshonestas y progreso de la corrupción". Actual, ¿verdad?

Debe lucharse incansablemente contra la corrupción. Pero sin escandalizarnos como si fuésemos almas cándidas que acabaran de descubrirla. Y mucho menos fingiendo el escándalo para utilizarlo como arma política, negándola en los míos y exagerándola en los otros. Como está haciendo la comisión de investigación sobre la financiación del PP y hará la comisión solicitada por el PP para investigar la corrupción del resto de partidos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios