La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Corrupción de personas y de partidos

El PP ha sido, por acción u omisión, el medio del que se han servido los corruptos para cometer sus fechorías

Pablo Casado ha dicho que "la corrupción no es cosa de partidos sino de personas". Una tontería sólo disculpable por los sofocones que le da su partido. Las organizaciones no son independientes -como si tuvieran personalidad y voluntad propia- de los actos de quienes las integran y dirigen. La separación entre ellas y las personas es un viejo recurso para desculpabilizarlas como un ente que no puede ser contaminado por las tropelías de sus responsables. En las democracias este raro estatus de pureza es solicitado para los partidos y en las dictaduras para los dictadores. Los franquistas más ciegos y fieles decían aquello de "¡si el Caudillo lo supiera!" cuando se topaban con las corruptelas del Régimen.

Está tan claro que la corrupción es cosa de personas como que las personas corruptas corrompen a los partidos convirtiéndolos en el instrumento que les permite llevar a cabo sus corruptelas. Francisco Granados o Ignacio González -por centrarnos en el caso madrileño- son los presuntos delincuentes corruptos; pero el PP ha sido, por acción u omisión, por ceguera o complicidad, el medio del que se han servido para cometer sus fechorías. Y esto le ha contaminado. La corrupción de las personas corrompe partidos, estructuras o instituciones. No se puede desligar la acción de las personas corruptas de su repercusión en las instituciones de las que se sirven para cometerlas, corrompiéndolas. San Ambrosio advertía a los cristianos: "En nosotros es herida la Iglesia. Prestemos pues atención: que nuestra caída no se vuelva herida para la Iglesia".

Lo mismo podría decirse a Granados, a González, a Rato o a Bárcenas en lo que toca al PP, a los socialistas andaluces de los ERE o a los convergentes catalanes del 3%: en vosotros son heridos vuestros partidos. Cuando además los partidos se benefician -financian- con la actividad de los corruptos, la corrupción se hace estructural. Es el caso probado del PSOE con Filesa y los actualmente investigados de CiU con el 3% o del PP con Bárcenas, Granados, González y compañía. La historia de las excelentes e inevitables -aunque sí controlables y perseguibles- relaciones entre poder, política, dinero y corrupción es tan antigua como las sociedades humanas. Lean Breve historia de la corrupción: de la antigüedad a nuestros días de Carlo Alberto Brioschi (Taurus). Y estos días Movistar+Estrenos emite El hombre de las mil caras.

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