Cuchillo sin filo

francisco Correal

Costurera

EL sábado 23 de noviembre fue enterrada en el cementerio de Puertollano Ana María Vinuesa. Nació en Tetuán en 1940, hija de Manuel Vinuesa y de Lorenza Lope, cordobeses de Villa del Río, el pueblo de Matías Prats, que en 1925 se marcharon a Marruecos. Manuel Vinuesa trabajó construyendo carreteras en el Protectorado y allí nacieron sus cinco hijos. En 1956, con la independencia de Marruecos, regresaron a España, viven primero en Málaga y después en Córdoba, donde Ana María Vinuesa conoce al manchego que sería su marido.

Los 16 años que Ana María vivió en Marruecos son la génesis sentimental de una historia que mucho después enhebraría su hija María Dueñas. La infancia y la adolescencia de una cordobesa trasterrada están en los cimientos de una novela y una serie de televisión que han cautivado a millones de lectores y telespectadores. En el último capítulo de El tiempo entre costuras, Elvira Mínguez, que interpreta a la madre de la protagonista, le dice a Sira Quiroga, su hija, cuando marcha hacia Madrid en una delicada misión de espionaje: "Hija mía, estoy muy orgullosa de ti". Imagino más de una vez a Ana María Vinuesa diciendo lo mismo por lo bien que supo canalizar su hija las historias que ella le contaba de esos años en los que el carácter aventurero de sus padres, los abuelos de María, hijos del farmacéutico y el médico de Villa del Río, les libró de la fase más dura de la posguerra española a la que regresa Sira Quiroga.

El tiempo hace costuras y costurones. María Dueñas los ha sufrido en sus carnes. 2013, el año del éxito televisivo, perdió a su hermano Pablo y a su madre, guionista oficiosa de la historia. Pablo Dueñas estaba casado con Ana, nieta de don Lorenzo, nuestro médico de cabecera, e hija de Vicente Castro, un coruñés de Puentes de García Rodríguez que se trasladó a Puertollano, Marruecos de tantos gallegos.

No hace mucho, le recordé a María que se habían cumplido cuarenta años del debut de Cruyff en el Camp Nou en un Barcelona-Granada. Terminó 4-0, como cuarenta años después. En el Granada jugó Dueñas, Teófilo Dueñas, tío de María, cuñado de Ana María Vinuesa, que antes jugó en el Barça, el Rayo y el Carabanchel. María tenía nueve años y una parte de ella, entre chicharras y fútbol de transistor, trasiego de la Fuente Agria, oía las historias que contaba su madre.

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