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La ciudad y los días

Carlos Colón

Crimen y castigo

Aunque las funciones de la ley sean prevenir, tipificar y sancionar, su actuación más contundente se produce cuando los hechos se han consumado. Siempre demasiado tarde para las víctimas, en los delitos con resultado de muerte. Sólo el miedo al castigo es eficaz como prevención legal: lo que se llamaba ejemplaridad punitiva. Esto se aplica hoy con contundencia en lo que se refiere al pago de impuestos o la defensa de los derechos de autor. Personajes muy populares que han incumplido sus deberes fiscales han sido puestos -y con extraordinaria dureza- en la picota pública para atemorizar con efectos ejemplarizantes a los contribuyentes. Todos los DVD están precedidos de una catarata de contundentes imágenes que avisan de lo que le puede pasar a quien los copie o difunda ilegalmente. "La ley actúa" dicen estos avisos, confiando en la eficacia disuasoria del miedo.

Sin embargo, cada vez más ciudadanos tienen la sensación de que, cuando se trata de delitos mucho más graves porque tienen que ver con la vida y la muerte, este énfasis punitivo y esta confianza en la disuasión por el miedo no se utilizan proporcionalmente. Más bien lo contrario: se evita hablar de castigo, se insiste en la reinserción como si en todos los casos fuera posible y se alivian las penas hasta generar una sensación de impunidad en los delincuentes y de indefensión en los ciudadanos. Por eso en la sociedad española son cada vez más los que exigen, no venganza, sino justicia. Por eso la familia de Marta del Castillo ha manifestado que "luchará para que se haga justicia y que los asesinos no salgan libres". Por eso se han sumado a ellos el padre de Mariluz y la madre de Sandra Palo. O, más bien y para su desgracia, es la familia de Marta la que se ha unido a la lucha que ellos mantienen desde hace años por el endurecimiento de las penas.

Esto en lo que se refiere al castigo -palabra que, al parecer, se usa con más generosidad en los delitos que tienen que ver con el dinero que en los que tienen que ver con el asesinato- y a la disuasión por miedo a él. En cuanto a la prevención, lo más eficaz es la educación. No sólo en el sentido de transmisión de conocimientos, sino sobre todo de valores. Esto también tiene que ver con la represión, pero en este caso auto impuesta como contención ética o freno moral. Desgraciadamente, el déficit en esta dimensión educativa es aún mayor que el que tan gravemente afecta a los conocimientos. Padres que no supeditan su voluntad o su deseo a sus obligaciones y responsabilidades engendran, en un sentido educativo, hijos que calcan y agravan sus comportamientos.

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