ENTRE Panamá y un secretario de la Academia de Televisión demasiado listo, Imanol Arias ha manchado su nombre como nunca pudimos sospechar. Y también su esposa en la ficción, Ana Duato, que en la vida real es la mujer del productor ejecutivo de Ganga, Miguel Ángel Bernadeau. La imagen de Cuéntame cómo pasó quedó tocada con el escándalo Nummaria, pero no había razones políticas (que sepamos hasta ahora) que justificaran la espera de la renovación de la serie. Antena 3 vuelve a sacar partido del río revuelto en la cadena pública y más que probablemente los Alcántara y el barrio de San Genaro acaban privatizados. Tras 15 años en La 1 pasa a Atresmedia, aunque no por motivos económicos ya que el presupuesto por capítulo de Cuéntame (Cuéntame y no sabemos qué mas, a partir de ahora) andaba holgado. Bertín, por su parte, se marchó de TVE para cobrar el triple por entrega en Telecinco aunque sea utilizando a su imitador en Late Motiv (vaya tela, y de paso insultando exageradamente a Andreu Buenafuente). La productora de Pablo Carrasco es así.

Tal como pasara con Amar en tiempos revueltos, Cuéntame sigue el mismo camino por pervivencia del proyecto. La pública se queda sin la única serie que le venía funcionando con autoridad, porque estamos hablando de un icono, de un hábito veterano del público. Y más que el cambio de cadena a los Alcántara les puede perjudicar la imagen que actualmente tiene el gran público de sus dos protagonistas. En la cúpula de TVE pensarán que se están quitando de enmedio un marrón.

La serie cerró con una escena que sonaba a autohomenaje y a despedida. Pese a su mal momento de credibilidad y popularidad, Cuéntame sin Imanol Arias comenzaría a alejarse mucho de sí misma. Incluso un Gran Hermano sin Mercedes Milá empieza a perder la esencia ante un público tan fiel como el del reality. Sospechando de los portazos que pega la catalana, la dirección de Mediaset no ha mostrado problema en repetirse con Jorge Javier. Un tipo a prueba de sobreexposiciones.